Decenas de peces muertos han aparecido en la riera de Calafell, una lengua de agua natural que debe desembocar en el mar pero que tiene cerrada la salida para mantener un necesario caudal ambiental.
En las últimas horas han aparecido peces muertos muy cerca de la desembocadura entre una gran cantidad de plantas que habían proliferado en las últimas semanas en toda la lengua de agua debido a a un aumento de la temperatura y su periodo de floración.
Sin embargo, la manta de plantas que prácticamente cubría la riera ha desparecido, por lo que debe estudiarse qué ha podido causar la muerte de los peces. El Ayuntamiento de Calafell ya ha trasladado la situación a la Agència Catalana de l’Aigua y a los agentes rurales para que tomen muestras e intenten determinar la causa de la muerte de los peces.
De haber persistido la capa de plantas que cubría la riera podría haberse tratado de un proceso de eutrofización que provoca una falta de oxígeno en el agua (anoxia) que suele causar la muerte de las especies. En ese proceso las plantas consumen una gran cantidad de oxígeno en su crecimiento y en su putrefacción.
Descartado
Sin embargo, el Ayuntamiento considera que no se ha producido esa eutrofización ya que las plantas han desaparecido en gran parte de la lengua de agua por lo que debe contar con el suficiente oxígeno.
La situación de la riera de Calafell exige de una intervención para su renaturalización y una gestión adecuada. Hace décadas se cimentó su lecho y ello contribuyó a una pérdida de calidad ambiental. El pasado mayo se sacó gran cantidad de arena que se había acumulado en el interior durante años.
Una de las prioridades en cualquier intervención que se plantee debe comenzar por garantizar que haya un trasvase del agua que baja por la riera con la que pueda entrar por el mar.
Ahora una barrera de arena impide esa conexión. Pero también evita que el caudal baje en exceso, con lo que favorecería el crecimiento extensivo de las plantas acuáticas, que sería un riesgo por la reducción de la oxigenación.
Avenidas
Los técnicos señalan que también es necesario en días de avenidas por las lluvias que la riera desagüe al mar, pero además que el agua salada entre en el canal para favorecer a la regeneración de todo el ecosistema.
En todo caso, si se descarta la pérdida de oxígeno por el proceso de eutrofización, hay que intentar determinar la causa de la muerte de los peces. Los ejemplares muertos han aparecido en la desembocadura.
En la parte más interior, junto a la urbanización Alorda, no han aparecido ejemplares muertos pese a ser la zona con mayor vegetación y una menor superficie acuática.