Cerca de 60 trenes regionales paran a diario en la estación de tren de Vila-seca. Un tráfico que se ha visto multiplicado prácticamente por dos desde la entrada en funcionamiento de la variante del Corredor Mediterráneo y la eliminación de la vía de la costa, en 2020. A todos esos trenes hay que sumar los convoyes sin parada que atraviesan el núcleo urbano, muchos de ellos de mercancías. El resultado es un denso tráfico ferroviario que ha agudizado las molestias por el ruido en los últimos tres años. Ahora, Adif quiere poner solución a este problema con la instalación de barreras de protección acústica que instalará a lo largo de la vía a su paso por Vila-seca.
En concreto, se instalarán 620 metros de pantallas en ocho tramos diferentes. Las barreras cubrirán únicamente la parte de vía que se encuentra junto a las zonas pobladas y serán diferentes en cada punto. Así, en el solar que hay junto al castillo, a partir de la avenida Generalitat, se instalará una pantalla de 88 metros de longitud y 2 metros de altura a base de placas metálicas. En el entorno de la estación, por el contrario, se eliminará el actual cerramiento y se hará un muro de hormigón de 1,5 metros de altura y acabado en ladrillo visto, siguiendo el aspecto que tiene el edificio de la estación, con un metacrilato de dos metros por arriba. La mayoría de barreras, sin embargo, se harán con placas de metal de 2 metros acabadas con un metacrilato de entre uno y dos metros por encima.
Adif ha sacado ahora a exposición pública el proyecto con los terrenos afectados que deberá expropiar, unos 1.400 metros cuadrados de superficie, todos ellos de su propiedad y del Ayuntamiento de Vila-seca. Se trata del paso previo a la aprobación definitiva del proyecto y, una vez cumplido, podrá sacar a licitación los trabajos.
El proyecto contempla 620 metros de pantallas que se instalarán en las zonas pobladas
Esta era una vieja reivindicación por parte de vecinos y Ayuntamiento de Vila-seca, que la administración local había reclamado en diferentes reuniones a Adif. El compromiso comenzó a tomar forma en verano de 2021, cuando se empezó a redactar el proyecto para determinar los puntos donde colocar estas protecciones acústicas. Entonces, el administrador ferroviario destacaba que esta actuación busca «minimizar las afecciones a los ciudadanos como consecuencia del aumento de los niveles de impacto acústico».
Entre los vecinos de los edificios más próximos a las vías, valoran la medida, aunque la mayoría se ha resignado a convivir con el paso de los trenes junto a sus casas y no lo consideran una gran molestia.
Antonio, que lleva más de 30 años viviendo en las casas pareadas que hay frente al CAP, admite que «es cierto que la gente se queja, pero para mí nunca ha sido un problema. Lo único es que a veces tengo que parar la tele cuando pasa un tren porque no se escucha bien lo que dicen». Ramón, que vive en los bloques más próximos a la estación, levantados hace casi 50 años, asegura que «yo vivo aquí desde el año 79 y estoy más que acostumbrado. No es una cosa que me preocupe, pero está viniendo gente nueva a vivir y las barreras pueden ayudar a que sea un sitio más atractivo».
«Durante el día no le echas mucha cuenta, pero por la noche sí es cierto que molestan, sobre todo los trenes de mercancías que no paran y muchos pasan pitando. En invierno no se nota tanto, porque tenemos ventanas con doble cristal, pero en verano no se puede dormir con las ventanas abiertas», señala Teresa, otra vecina que vive en la zona desde hace 20 años. «Con el tiempo te acostumbras, pero hace tiempo que el pueblo creció hasta aquí y deberían haber puesto las barreras. Seguro que ganaremos en calidad de vida», celebra.
Nueva vida a la estación
Las protecciones acústicas será la primera de un paquete de inversiones que Adif ejecutará en los próximos años en Vila-seca y que vendrán a reforzar su papel central dentro del entramado ferroviario del Camp de Tarragona. Más allá de acoger la futura estación intermodal, la principal transformación la vivirá la actual estación urbana, que se modernizará y se volverá a abrir a los usuarios. Por el momento, ha encargado un anteproyecto que dibuje cómo transformar tanto el edificio de viajeros, cerrado desde hace años, como todo el entorno. El presupuesto que destina es de unos 220.000 euros y la previsión es que el documento esté listo este mismo verano.