El vecindario de la urbanización de Brises del Mar de Altafulla dejará de sufrir a partir de ahora episodios de salinización del agua, gracias a la finalización el pasado viernes del proyecto de interconexión de los depósitos de Sant Antoni y Brises del Mar, que ha supuesto que este casco urbano situado en el norte del municipio reciba agua del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), una de las demandas largamente reivindicadas por sus vecinos y vecinas.
Así lo han corroborado los resultados de la analítica realizada por los técnicos de Aigües de Altafulla una vez han verificado que los parámetros de la calidad del agua son los correctos para el consumo humano.
Esta inversión supone que la urbanización reciba agua del rio Ebre a través del CAT y deje de suministrarse con el agua del pozo de Brises. El vecindario notará especialmente la mejora del gusto del agua que, en el caso de la del pozo, podía tener un gusto más salado, según el día y época del año, por la proximidad en el mar de esta estructura y por los incrementos de consumo de agua especialmente en verano.
Los trabajos han consistido técnicamente en la instalación de una cañería de impulsión de 3.507 metros desde el depósito de Sant Antoni al depósito de Brises del Mar; y la instalación de un grupo de impulsión formado por dos bombas.
Esta cañería discurre subterráneamente por caminos municipales y por terrenos particulares finos llegar a la pared exterior del depósito de Brises, que se ha conectado por el interior de este. Estos más de tres kilómetros y medio de cañería pasan por el subsuelo de vías como la carretera n-340, la comarcal TP-214, la autopista AP-7 y la antigua vía férrea Reus-Roda de Berà.
La inversión final de los trabajos ha estado de 415.933,20, y la ejecución de las obras ha tenido una duración de unos ocho meses.