1. Salarios bajos
Se trata de un sector feminizado. Las cuidadoras de personas mayores reciben un salario base de 997,16 euros mensuales brutos, mientras que los fisioterapeutas llegan a los 1.251,19, por poner dos ejemplos. A estas profesionales les sale más a cuenta trabajar en un supermercado que dejarse la salud en una residencia de ancianos.
2. Trabajadores desbordados
Sindicatos y patronales reclaman incrementar la ratio de personal por usuario. La mayor parte de residentes requieren de una ayuda importante y el tiempo disponible es muy inferior al que sería necesario.
3. En manos privadas
En Catalunya, el 79,7% de las plazas residenciales disponibles son privadas o concertadas y el 20,3% públicas. Barcelona es la séptima provincia española con menor porcentaje de plazas públicas.
4. Infrafinanciación del sector
Empresas y sindicatos del sector piden desde 2017 que se incremente en 300 millones la partida destinada a los geriátricos, pero los presupuestos catalanes del 2020 solo prevén 15 millones por año durante cuatro años, es decir, 90 millones de aumento.
5. Radiografia residentes
Los residentes cada vez llegan en peor estado de salud a los geriátricos. Hace diez años, la estancia media en las residencias era de entre ocho y diez años. Ahora se sitúa entre los tres y los cuatro. Una de las causas de este deterioro es la larga lista de espera.
6.Mirar hacia adelante
Es importante replantearse el modelo de residencia. Es clave que los centros cuenten, por ejemplo, con máquinas de oxígeno. El dilema es: ¿los geriátricos son hogares u hospitales?
7. La diana del virus
Otros expertos aseguran que el modelo no ha fallado, simplemente que los ancianos son la principal diana del virus.
8. Las residencias, último recurso
Un estudio concluye que el 80% de la gente mayor en residencias presenta riesgo de depresión, mientras que entre los que viven en su domicilio solo presentan este riesgo el 26,8%. Los expertos defienden apartamentos con atención integral.