Vox cumplió este domingo con la meta fijada antes de la cita electoral vasca: retener el escaño de su candidata, Amaia Martínez Grisaleña, el único con el que contaba desde 2020, y no desaparecer por primera vez de una institución en la que ya están presentes.
El partido de Santiago Abascal era plenamente consciente de que superar el asiento cosechado en las últimas autonómicas resultaba casi imposible y que las expectativas pasaban solo por una presencia simbólica. Incluso existía el temor real de que una alta participación les hiciese perder dicho diputado.
Pero Álava, la provincia por la que se presentaba su candidata y donde el partido ha volcado sus esfuerzos los últimos días de campaña con actos en Labastida, Oyón, Laguardia, Nanclares de la Oca o Vitoria, ha resultado clave de nuevo para conseguir que Vox tenga voz en el País Vasco.
Y lo cierto es que en la derecha radical sabían de la viabilidad de conseguir escaños en Álava con menor cantidad de votos al tratarse de una provincia sobrerrepresentada en la que se reparte el mismo número de escaños (25) que en Vizcaya y Guipúzcoa a pesar de tener mucha menor población. Son 21.291 los votos obtenidos aquí por Vox, que crece también en porcentaje de voto.
«Vamos a seguir siendo la voz de todos esos vascos que mantienen intacta la esperanza y que creen que es posible un País Vasco libre de separatismo e inseguridad», aseguró este domingo la candidata desde Vitoria, donde el partido instaló su particular cuartel para seguir la jornada electoral.
En la sede de Bambú 12 existe plena satisfacción con el trabajo realizado y los kilómetros recorridos por Martínez en uno de sus territorios más complejos durante una campaña en la que Vox ha priorizado temas como la inmigración irregular.
Asimismo, en la formación de Abascal -donde sostenían que uno de los objetivos del PP pasaba por apearles de la Cámara autonómica- también celebran la resistencia de su voto frente a los populares. Y la realidad es que esta era una cita crucial tras el fracaso del 23-J y las últimas elecciones gallegas, donde los de Abascal se quedaron a cero. No obstante, en esos comicios partían de no tener representación y por lo tanto no se retrocedió.
El siguiente objetivo pasa por aprovechar el impulso de este resultado y crecer en las catalanas del 12-M y en las europeas del 9-J. En ambos casos tienen mejores previsiones: actualmente cuentan con seis diputados en el Parlament y tres en Bruselas.