Miles de coches (unos 50.000 según los cálculos) ya tienen restringido el acceso a Barcelona por la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Barcelona. Muchos de estos vehículos son de vecinos de la provincia que a diario deben desplazarse a la capital para trabajar o por motivos formativos.
La medida la defiende el Ayuntamiento de Barcelona argumentado motivos ambientales y de salud ya que la polución genera unas 1.000 muertes al año en España según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la capital catalana serían unos 350 fallecidos en 2018 debido a las partículas en suspensión.
Pero la medida ha generado quejas porque ese cambio obligado en la movilidad, en muchos casos de ciudadanos que no pueden cambiar de coche y alargan la vida de éste por motivos económicos, se ha hecho sin dimensionar el transporte público, rebajar su precio, crear áreas de estacionamiento en el entorno de la ciudad o habilitar carriles de alta ocupación.
El RACC alertó de que los trenes que llegan a la ciudad están al límite de su capacidad en las horas punta. Y Renfe advierte que es difícil aumentar las frecuencias ya que las entradas a Barcelona están muy colapsadas.
La medida de la ZBE la gestionará el Área Metropolitana de Barcelona (AMB, que agrupa la capital y los 35 municipios de su entorno) y tiene beneplácito de la Generalitat. Aún sabiendo que para mejorar la calidad del aire no será suficiente.
Peaje urbano
Sobrevuela una idea ahora desestimada, que no está descartada a medio plazo, como la de crear un peaje urbano para acceder a la ciudad, habilitar más carriles bicis y aumentar las superislas cerradas al tráfico.
Hasta el próximo mes de abril no se sancionará a los coches no autorizados que accedan a la ZBE. Hay tiempo para calibrar el funcionamiento de la medida, acostumbrarse al cambio y comprobar si el transporte público, tal y cómo está en la actualidad, es capaz de asumir el incremento de usuarios.
Una de las comarcas de Tarragona más sensibles a la modificación es el Baix Penedès. La comarca ha crecido demográficamente con vecinos que han llegado del área metropolitana de Barcelona pero que deben desplazarse a diario por motivos laborales.
Poco transporte
Muchos ya utilizan unos trenes que van llenos y se reclaman más frecuencias. Pero también son varios de miles los coches que ya tienen restringido al acceso a la ciudad y cuyos propietarios deben buscar unas alternativas que en muchos casos serán difíciles ya que su destino no es el centro de la ciudad y la red de transporte público no está dimensionada.
En este sentido el conseller de Territori del Consell Comarcal del Baix Penedès, Jaume Casañas, señala que los municipios más afectados del centro como son los del Penedès y del Maresme. «Las típicas periferias de Barcelona», señala.
Casañas considera que el propio estudio del RACC muestra «la falta de planificación por parte del Ayuntamiento de Barcelona, del Àrea Metropolitana de Barcelona y de la Generalitat a la hora de planificar las políticas de movilidad y transporte que se derivan de la aplicación de la Zona de Bajas Emisiones. «Prohibir la entrada a Barcelona sin haber planificado una mejora de los transportes públicos de Cercanías y de Bus Express es una temeridad».
66 cámaras
De momento hasta 66 cámaras controlarán a los coches ‘sucios’ que entren en la ciudad. Esos dispositivos reconocen matrículas y por tanto si están autorizados para moverse por la ZBE.
De momento en el primer día laborable del año se detectó ayer un descenso del tráfico en la ciudad del 11%, del 15% en los accesos y del 12% en las rondas, aunque hay todavía hay muchos ciudadanos de Barcelona y será a partir de la próxima semana cuando se verá el efecto de la medida. De momento los coches más contaminantes serán advertidos. Pero a partir del 1 de abril, cazados y multados con sanciones a partir de 100 euros.
Muchos residentes en el Baix Penedès que se desplazaban a diario a Barcelona ya estudian los sistemas más rápidos y baratos. Una situación a la que se suma un cambio en las tarjetas de transporte y que de hecho supone un encarecimiento del transporte público.
En este sentido el Baix Penedès vuelve a clamar por sentirse agraviado. La comarca reitera que acoge a gran cantidad de población expulsada de Barcelona por el precio de la vivienda, pero que sigue teniendo que ir a la ciudad a trabajar.
En cambio se le encarece el transporte público y se le ponen dificultades de movilidad. A la carestía de los peajes (20 euros ida y vuelta por la C-32), se une una tarificación de las zona de Renfe (en la 5 y 6 que encarece el billete). Ello motiva que en un recorrido de 35 kilómetros hay hasta cinco zonas de tarificación. De Sant Vicenç de Calders a Garraf el billete sencillo cueste 7,35 euros y con la futura tarjeta T-Casual 45,05. En cambio por la misma distancia de kilómetros en el área de Barcelona, entre Castelldefels y Montgat (35 kilómetros), el billete sencillo tiene un precio de 2,40 y la T-Casual costará 11,35 euros.
De momento no hay otra solución en el horizonte. Está por ver a medida que entre el año y las sanciones de la ZBE sean efectivas, la respuesta que da un transporte público que ahora ya está saturado.
Preguntas con respuesta:
¿Cuándo está vetada la entrada a los coches más contaminantes?
De lunes a viernes y de 7.00 a 20.00.
¿Qué sanción hay?
Entre 100 y 500 euros. Puede incrementarse en caso de reiteración. Hasta abril no se multará ya que se considera que es un periodo de adaptación. Se considera reincidencia si pasado 90 minutos de la detección, el vehículo sigue en la ZBE.
¿Qué zona es la restringida?
Es un área de 95 km2 de todo el término municipal, excepto Zona Franca, Vallvidrera, el Tibidabo i les Planes. También está restringida en Hospitalet y parte de Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat y Sant Adrià de Besòs.
¿Afecta a las rondas?
Por la ronda de Dalt y la ronda Litoral podrán circular todos los vehículos pero no podrán tomar una salida y moverse por las zalles de la ciudad incluidas en la ZBE
¿Qué coches están vetados?
Los que no disponen de la tarjeta de la DGT. Básicamente son los de gasolina matriculados antes de 2000 y diesel antes de 2006. Motos y ciclomotores anteriores a Euro1 y los vehículos históricos. Caminones, furgonetas y autobusen tienen un año de moratoria aunque carezcan de la tarjeta DGT.
¿Hay excepciones?
Para los vehículos destinados a personas con movilidad reducida, los de emergencia y aquellos de propietarios con enfermedades que les impiden el transporte público. A última hora se ha acordado un año de moratoria para personas vulnerables que necesitan del coche para ir a trabajar. Son personas que acrediten ingresos anuales por debajo de los 8.000 euros.
¿Y autorizaciones puntuales?
Para las matrículas extranjeras pero que deben cumplir exigencias de emisiones. También para quienes deben entrar de manera puntual como feriantes o que lleven a personas para un tratamiento médico.
Para lograr la autorización, los titulares del vehículo deben inscribirse previamente al registro metropolitano antes de las doce de la noche del día anterior al que se vaya a acceder a la zona. En caso de una emergencia médica podrá hacerse en los tres días posteriores.
¿Cómo se hace el control?
Mediante cámaras de control con lectura de matrículas que se han distribuido por toda la ciudad.
¿Hay alternativas de transporte?
El público. Pero el RACC ya ha alertado que las los trenes que llegan a la ciudad ya están al 100% de capacidad. Destaca un informe que serán unas 9.000 pesonas las que se incrementarán en hora punta en un transporte público al límite de su capacidad. Y Renfe señala que no hay márgen para incrementar frecuencias. Tampoco se ha potenciado el uso del transporte público con una rebaja de precios de los billetes ni se han creado grandes áreas de estacionamiento en el entorno de la ciudad.
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A partir del próximo 1 de enero la entrada de coches a Barcelona quedará restringida con puesta en funcionamiento de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que impide el acceso a los vehículos más contaminantes. Son muchos los vecinos del Baix Penedès que se desplazan a diario a Barcelona en coche y en tren por motivos laborales o formativos.
¿Y una T-Penedès?
Más allá de si las nuevas tarjetas de transporte que implantará el próximo año la Autoritat del Transport Metropolità de Barcelona (ATM) para desplazarse hasta y por la ciudad son interesantes para los vecinos del Baix Penedès, la comarca sigue penalizada en el precio por kilómetro que debe pagar.
El Baix Penedès pagará para entrar en Barcelona
El Baix Penedès vuelve a sentirse ninguneado en las decisiones sobre movilidad que toma el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) para el transporte en el ámbito de influencia de la capital catalana. La AMB propone lo que se denomina peaje de congestión, que es una barrera urbana para acceder en coche a Barcelona con el argumento de evitar la contaminación de la circulación rodada.