«La situación de los médicos de Atención Primaria es dramática y muchos están quemados». De esta forma tan clara y contundente define Pierre Arcelín, médico de familia del CAP Fortuny de Reus y delegado del sindicato Metges de Catalunya de Primaria en Tarragona, cómo se siente una gran parte de facultativos ante unas condiciones laborales que la pandemia de la Covid-19 han agravado aún más.
Las palabras de Arcelín corroboran un dato que ayer ofrecieron desde Metges de Catalunya, durante la presentación de una encuesta para conocer el ‘Síndrome del trabajador quemado’, realizada entre 2.716 facultativos afiliados a este sindicato, del ámbito público y concertado, entre mayo y junio de 2021. Uno de cada dos médicos en Catalunya presenta síntomas de cansancio emocional y despersonalización y uno de cada tres, además, también muestra falta de realización en su trabajo.
Ante estas conclusiones de la encuesta, el secretario general Metges de Catalunya, Xavier Lleonart, criticó ayer la situación de «sobrecarga laboral» de los profesionales sanitarios catalanes y avanzó que desde el sindicato pedirán a los facultativos limitar su trabajo al contrato y no realizar más horas de guardia una vez superadas las obligatorias.
«Esperamos una repercusión clara, obvia y evidente», sostuvo el secretario de Metges de Catalunya sobre esta iniciativa que, según Lleonart, pretende conseguir que los sanitarios recuperen el control de sus vidas y mejorar, así, sus condiciones físicas y mentales.
Arcelín, como médico de Primaria en el CAP Fortuny de Reus, coincide plenamente con Lleonart en que «sufrimos una sobrecarga asistencial. La prueba está en las agendas que tenemos de pacientes. He mirado la de esta mañana de mis compañeros y todos teníamos entre 40 y 60 pacientes al día, entre presenciales y no presenciales, llegando en algún caso a picos de 70. Hace tiempo ya calculamos que para trabajar en condiciones deberíamos visitar a un máximo de entre 28 y 30 pacientes al día. Hace 10 años que lo decimos pero no nos hacen caso».
Pero el representante de Primaria de Metges de Catalunya en Tarragona advierte que «los problemas que tenemos en la Atención Primaria ocurren desde hace más de 15 años, lo que pasa es que cada vez va a peor y a raíz de la pandemia todavía más» y añade que «nos han vendido la moto de que tenemos la mejor sanidad del mundo, pero no es así. Antes de la pandemia esto quedaba tapado por la enorme profesionalidad de los médicos. Hemos hecho lo que hemos podido con lo que tenemos. Pero cada vez somos menos y la situación es peor. Piensa que una visita presencial debería durar de media entre 10 y 12 minutos y una no presencial, unos seis minutos, pero nunca ha sido así».
Arcelín tiene muy claro que la Generalitat tiene que creer y apostar más en la Atención Primaria. «Salut invirtió el año pasado un 12% de su presupuesto en la Atención Primaria, según consta en su memoria, cuando reclamamos que sea un 25%, que es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)», sentencia este miembro de Metges de Catalunya.
Situación límite
La Atención Primaria está al límite. Centros de salud con sobrecarga asistencial, un 40% más que antes de la pandemia, problemas de accesibilidad para conseguir una cita, telefónica o presencial, listas de espera de 3 y 4 meses para una prueba diagnóstica y médicos que ven entre 40 y 60 pacientes día.
Esta es la foto que se repite en la mayoría de los 3.000 centros de salud y 10.000 consultorios que existen en España y que atienden 36.000 médicos de familia y pediatras, 7.000 menos de los necesarios para prestar una atención de calidad, según revelan los responsables de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
No obstante, Manuel Carasol, médico de familia del ABS de Calafell (Xarxa Santa Tecla) y secretario del Col·legi de Metges de Tarragona, puntualiza que «los datos sobre cómo está la Primaria a nivel estatal no pueden extrapolarse a Catalunya, porque aquí también tenemos la sanidad concertada. En Catalunya hay entre 40 y 50 proveedores diferentes que gestionan los hospitales y la Primaria y, dependiendo del proveedor, las condiciones varían».
Por ejemplo, respecto a las agendas de pacientes, Carasol afirma que «yo nunca he tenido una agenda de 40 o más pacientes al día. Al contrario, la mía es muy estable y bien organizada, de entre 30 y 32 pacientes al día. De hecho, la Xarxa Santa Tecla, a partir de noviembre, quiere estandarizar a 32 pacientes al día todas las agendas».
No obstante, este médico reconoce que «también tenemos presión asistencial. Por ejemplo, en la Xarxa Santa Tecla existe un programa para renovar recetas, hacer informes o renovar partes de baja. Eso implica que tienes que perder un tiempo al día para hacer un volumen de trabajo administrativo, que es inmenso».
Por su parte, Mireia García-Villarrubia, médico de familia del CAP Sant Pere de Reus y vicepresidenta del Col·legi de Metges de Catalunya, aunque es partidaria de no ofrecer una «visión catastrofista» sobre la situación de la Atención Primaria, reconoce problemas. «Por ejemplo, tenemos sobrecarga asistencial porque tenemos que hacer tareas que no nos corresponden, como en el tema de las bajas, ya que nos encontramos que muchas mutuas no se hacen cargo de ellas y nos llegan a nosotros». Otro problema es «la derivación a algunas especialidades como hematología, nefrología y dermatología. Antes podíamos derivar a nuestros pacientes a estas especialidades, pero ahora no puedes hacerlo sin una valoración previa que hace el especialista en base a lo que yo le digo, pero sin ver al paciente».