La Guardia Civil ha detenido este sábado a cinco personas por la muerte anoche de dos agentes en el puerto de Barbate (Cádiz) al ser embestida su embarcación por una narcolancha en la que viajaban tres de los arrestados que cuentan con numerosos antecedentes por narcotráfico, robos y lesiones.
Los detenidos tienen 21, 24, 28, 34 y 54 años y son españoles, según han indicado fuentes de la investigación, que detallan que los dos mayores cuentan con antecedentes por tráfico de drogas y contrabando. Iban a recoger a los ocupantes de la narcolancha en el puerto.
Los cinco se encuentran en los calabozos de Algeciras y serán trasladados a las dependencias de la Guardia Civil en Cádiz, de cuyas diligencias se ha hecho cargo el juzgado número 1 de Barbate.
En el cuartel de este municipio varios cientos de vecinos se han concentrado en apoyo de la Guardia Civil absolutamente «destrozados» por la muerte de los agentes y avergonzados, según ha lamentado un pescador, porque unos 15 jóvenes jalearan a los narcos que acabaron con la vida de los dos guardias.
Los dos agentes asesinados son un catalán y un gaditano que dejan tres hijos huérfanos.
Sus identidades se han conocido este sábado: David, de 43 años, y Miguel Ángel, de 39.
Este último pertenecía al Grupo Especial de Actividades Suacuáticas (GEAS), era natural de San Fernando (Cádiz), tenía pareja y una hija. El otro fallecido era agente del Grupo de Acción Rápida (GAR), nacido en Barcelona, estaba casado y con dos hijos.
Ambos murieron después de que la patrullera del GEAS en la que iban a bordo junto a otros cuatro compañeros para identificar a los ocupantes de varias narcolanchas que se habían refugiado del temporal en el puerto de Barbate fuera embestida por una de estas.
Mientras varios vecinos que estaban en el muelle les jaleaban, una de las narcolanchas pasó por encima de la embarcación de los agentes, mucho más pequeña.
Como consecuencia de la acción de la narcolacha los dos agentes fallecieron y otros dos resultaron heridos: el patrón de la patrullera que precisó varios puntos de sutura y un cabo del GEAs que continúa ingresado en el hospital, con un brazo roto y diversas heridas, pero cuya evolución es favorable, según han informado a EFE fuentes de la investigación.
Disparos y dos narcolanchas acosando a la patrullera
Con el paso de las horas también se van conociendo algunos detalles de lo que sucedió anoche en torno a las ocho de la tarde en el puerto de Barbate en boca de algunos testigos, como Antonio Alba, un pescador que relata a EFE que se acercó a la zona para ver echar un vistazo a su embarcación por si había sufrido algún daño debido al temporal.
Ya había visto el jueves varias narcolanchas refugiándose del mal tiempo pero fue sobre las ocho cuando la patrullera de la Guardia Civil se dirigió a seis de estas embarcaciones.
Dos de ellas, según los testigos, empezaron a dar vueltas alrededor de la embarcación, mucho más pequeña de tamaño y con menos fuerza. «Lo hacían para levantar más oleaje y que la lancha de los guardias zozobrase más», cuentan.
El pescador asegura que escuchó dos o tres disparos, aunque admite que no sabe si de los agentes para espantar las narcolanchas. «Después el sonido del impacto de la embestida», relata.
Para entonces unas sesenta personas veían lo que sucedía desde el muelle. «Los que jaleaban eran unos 15 jóvenes, creo que lo hacían como si estuvieran viendo una película. Pues una película es que hay dos fallecidos y dos familias destrozadas. Esa es la película. Y un pueblo que va a pagar por lo sucedido sin tener nada que ver», dice Antonio Alba, sin poder evitar las lágrimas.
Uno de los camareros del bar del puerto confiesa que siente «vergüenza». «Esto no nos representa, y los catetos que vinieron a vitorear tampoco nos representan».
El fiscal jefe de Cádiz: se lucha contra el narco en absoluta inferioridad
La indignación entre los vecinos de Barbate se suma a la de todas las asociaciones de guardias civiles y sindicatos policiales. Algunas han pedido el cese inmediato del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y todas coinciden en que no hay medios humanos ni materiales suficientes para acabar con este problema.
Un diagnóstico que con contundencia revela el fiscal jefe de Cádiz, Ángel Núñez: «Se lucha contra los narcotraficantes en absoluta inferioridad porque estos tienen los medios a su disposición» frente a una preocupante carencia de recursos en el ámbito policial y judicial.
«La lucha es totalmente desigual (...) Además, el problema es que hay muchas operaciones policiales que acaban en un cuello de botella en los juzgados por un sistema procesal del siglo XIX. Los procedimientos se eternizan y no hay una respuesta inmediata, que es lo que realmente opera unos efectos de prevención, y que en este caso no se produce», lamenta el fiscal.