Los últimos brotes de viruela ovina y caprina en Castilla-La Mancha -sobre todo en la provincia de Cuenca- han obligado al gobierno de esta comunidad a decretar la inmovilización de 3,5 millones de cabezas de ganado ovino y caprino de 6.000 explotaciones.
La decisión se ha tomado después de que técnicos de la Consejería de Agricultura detectaran hace varios días un último foco en una explotación de la provincia de Ciudad Real. El decreto aprobado por este departamento obliga a confinar el ganado en toda Castilla-La Mancha a excepción de Guadalajara ya que la cabaña ganadera es menor en esta provincia y sus ganaderías no se relacionan con las del resto de la comunidad.
Con el fin de frenar la propagación de esta enfermedad, a partir de ahora y por un tiempo que no está definido, las ganaderías de Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete solo podrán enviar los animales a sacrificio a los mataderos para la venta de su carne y sí podrán comercializar la leche con total normalidad, por lo que no habrá problemas en la producción de queso manchego.
Según informó este martes la directora general de Agricultura y Ganadería de Castilla-La Mancha, Cruz Ponce, «el objetivo principal es que todas las explotaciones de ovino y caprino de la región tengan absoluta prudencia y cumplan de forma rigurosa todas las medidas de seguridad establecidas, como mantener los contenedores para los animales fuera de la explotación, evitando que entren vehículos; que saquen los corderos a la puerta para igualmente impedir entradas; o que se desinfecte todo aquello que tenga que entrar de forma imprescindible en la explotación, tanto a la entrada como a la salida».
Además, deberá restringirse al máximo la entrada y salida de personal en las explotaciones, tanto trabajadores como veterinarios u otros operarios o técnicos.
En el caso de la leche, se exige el mayor de los cuidados con los vehículos y sus conductores, tomando todas las precauciones posibles tanto a la entrada como a la salida de la explotación. También se ha ampliado la toma de muestras en explotaciones con el fin de detectar posibles casos lo antes posible.
Según Cruz Ponce, «la decisión se ha tomado debido a que se ha detectado el contagio en los traslados de los animales de unas explotaciones a otras. Las únicas excepciones a esta medida están en llevar los animales al matadero y en que la recogida de la leche se mantiene como hasta ahora».
Además, salvo en los lugares donde se han detectado focos, los animales podrán pastar al aire libre y mezclarse con reses procedentes de otras explotaciones si el pasto es compartido.
Sin peligro para el ser humano
La directora general de Agricultura y ganadería también quiso recordar que la viruela ovina y caprina no es transmisible al ser humano ni por contacto ni por consumo de la carne y leche de estos animales.
En cuanto al futuro de los ganaderos afectados, que en algunos casos deberán empezar de cero, Junta de Castilla-La Mancha ha anunciado un próximo paquete de ayudas, tal y como han pedido las organizaciones agrarias, que asimismo solicitan que se tomen medidas drásticas para poner fin a estos brotes cuanto antes.
