El Consell de la República, la entidad creada en 2018 para preservar el «mandato del 1 de octubre», ha decidido cesar a sus seis empleados y funcionar únicamente con voluntarios, según informa La Vanguardia. Esta decisión llega tras una crisis interna marcada por el enfrentamiento entre Toni Comín, vicepresidente del Consell, y parte de su estructura en Waterloo, incluidos antiguos colaboradores como Sergi Miquel.
El detonante principal ha sido una auditoría reciente que no solo recomendó reducir la plantilla en un 50 %, sino que también cuestionó algunos gastos gestionados por Comín a través de CatGlobal, la asociación belga encargada de las finanzas del Consell. Según fuentes de Junts, el partido que supervisa la entidad, los despidos buscan evitar problemas financieros al equipo que asumirá la dirección en febrero.
Comín lamenta esta medida, señalando que el Consell era el guardián del 1 de octubre y que su desmantelamiento tiene consecuencias políticas. “Es una responsabilidad colectiva evitar que desaparezca”, afirmó.
Tensiones internas y sospechas de favoritismo
La gestión de Comín ha sido objeto de críticas, especialmente en relación con el papel de su hermana, Betona Comín, quien, aunque voluntaria desde 2018, ha influido decisivamente en la contratación de Iniciatives Events, una de las mayores empresas de organización de eventos en Catalunya. Esta compañía, cercana al movimiento independentista, ha sido el proveedor exclusivo del Consell durante seis años, incluyendo el mitin de Perpiñán en 2020, que costó 219.010 euros.
Diversas voces, como Júlia Taurinyà, ex presidenta de la delegación del Consell en la Catalunya Nord, han cuestionado la falta de transparencia en estas contrataciones. Según ella, se impuso a Events como proveedor sin permitir comparar presupuestos ni favorecer a empresas locales.
Por otro lado, fuentes de la ANC también han señalado irregularidades similares. Betona Comín habría presionado para que se contrataran a empresas concretas sin opciones alternativas, utilizando su vínculo familiar con Toni Comín como argumento de peso.
Un futuro incierto
El Consell de la República enfrenta ahora un panorama complicado: una crisis financiera, tensiones internas y el desafío de mantener su relevancia política en un contexto de reestructuración. Mientras tanto, la deuda con Iniciatives Events y las dudas sobre su gestión seguirán siendo un lastre para la entidad que, alguna vez, representó una herramienta clave del independentismo catalán.
Esta reconfiguración marca un punto de inflexión en la historia del Consell, cuyos próximos pasos serán determinantes para su supervivencia política y administrativa.
