<iframe src="https://www.googletagmanager.com/ns.html?id=GTM-THKVV39" height="0" width="0" style="display:none;visibility:hidden">
Whatsapp Diari de Tarragona

Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
Diari
Comercial
Nota Legal
  • Síguenos en:

No es fascismo, es transhumanismo

El objetivo de Elon Musk no es mandar. Eso ya lo da por descontado. El objetivo de Musk es no morirse, o hacerlo cuando él decida. Su objetivo es no ser Steve Jobs

12 enero 2025 07:32 | Actualizado a 12 enero 2025 07:37
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La peor pesadilla de Elon Musk no es un mundo donde reine la democracia, las noticias estén contrastadas por periodistas profesionales, deba demostrarse con pruebas que los extraterrestres construyeron las pirámides. La peor pesadilla de Elon Musk se llama Steve Jobs.

No tiene nada que ver con los productos de Apple ni con el carisma mundial del fundador de la compañía de la manzana. Tiene que ver con el hecho que Jobs murió de cáncer y no pudo hacer nada para impedirlo.

La peor pesadilla de Musk es que su humanidad esté en manos de un destino, un Dios, un azar, un karma... que él no controla. Cuando dice que quiere que los humanos se fusionen con la IA «para lograr una simbiosis con la Inteligencia Artificial (IA)», habla de la capacidad, a su alcance de billonario, de trascender al hecho de ser un humano atado a una biología y una psicología que tienen límites. Su empresa Neuralink tiene como objetivo facilitar esa convergencia para que los humanos no queden atrás a medida que la tecnología avance.

La inmortalidad digital promete una libertad radical, sin límites físicos, de tiempo o espacio

Si bien las personas con discapacidades serían los destinatarios a corto plazo, en realidad no hay nada de compasivo y solidario en sus investigaciones.

Estos objetivos se inspiran en una idea, el transhumanismo: la creencia de que debemos usar la ciencia y la tecnología para mejorar radicalmente las capacidades humanas y dirigir nuestro propio camino evolutivo. La enfermedad, el envejecimiento y la muerte son realidades que los transhumanistas desean eliminar, además de aumentar drásticamente nuestras capacidades cognitivas, emocionales y físicas. Es acabar con la muerte, la enfermedad y el envejecimiento. Ese es su objetivo real.

Los transhumanistas a menudo abogan por los tres «súper»: superinteligencia, superlongevidad y superfelicidad, la última referida a las formas de lograr una felicidad duradera. Hay opiniones diferentes en la comunidad transhumanista sobre cómo debería ser nuestra evolución. Algunos abogan por cargar la mente en forma digital y colonizar el cosmos. Otros piensan que deberíamos seguir siendo seres orgánicos, pero pretenden reprogramar o mejorar nuestra biología mediante ingeniería genética y otros métodos. Un futuro de bebés de diseño, úteros artificiales y terapias antienvejecimiento.

Suena futurista y fantástico, pero los rápidos avances en IA y biología sintética llevan a algunos a afirmar que estamos a punto de crear tales posibilidades.

Los multimillonarios tecnológicos figuran entre los mayores promotores del pensamiento transhumanista. No es difícil entender por qué: podrían ser protagonistas centrales del momento más importante de la historia.

La vieja política

Mientras todo esto es lo que está pasando, insistimos en el uso de viejos conceptos políticos. «Fascismo», «nazismo», «populismo». Habrá que inventar de nuevo, porque la realidad del 2025 no tiene nada que ver con la de 1925. Hay pulsiones, vicios, miedos, expresiones que son muy similares. Pero no podemos analizar la realidad mutatis mutandias.

La creación de la llamada inteligencia artificial general (IAG), es decir, un sistema de IA que pueda realizar todas las tareas cognitivas que puede hacer un humano y más, es un objetivo actual en Silicon Valley. Se considera vital para asumir el papel de Dios y diseñar nuestro propio futuro evolutivo.

$!Ilustración de la evolución humana desde la prehistoria hasta un futuro cada vez más cercano de superhombres biónicos. Foto: EFE

En el corto plazo, las promesas y los peligros probablemente sean exagerados. Después de todo, estas empresas tienen mucho que ganar haciéndonos creer que están a punto de diseñar un poder divino que puede crear utopías o destruir el mundo. Mientras tanto, la IA ha contribuido a alimentar nuestro polarizado panorama político con desinformación y formas más complejas de manipulación, que son más efectivas gracias a la IA generativa. Nos emocionamos preguntándole a ChatGpt cómo escribir un artículo para el Diari (espero capten la ironía), mientras el transhumanismo avanza.

Según el doctor James Clemens, presidente de Betterhumans (una asociación de científicos dedicados a la investigación biotecnológica y cognitiva que apuesta abiertamente por el transhumanismo) «no se trata de vivir 10.000 años, sino de determinar tú mismo qué duración de vida quieres. La inmortalidad no es tanto una cuestión temporal como una cuestión de libertad. Decides tú, no Dios, o los médicos, o una enfermedad, o un accidente. La inmortalidad es el objetivo final, pero para llegar a ella la primera estación es la eliminación del dolor y la vejez». ¿Es eso posible? ¿Seguiremos siendo humanos si eliminamos la muerte de nuestra vida, si no sentimos dolor, si no envenjecemos?

Singularidad

El concepto de Singularidad es central en esta versión extrema del transhumanismo. Se refiere al momento en que la inteligencia artificial no sólo iguala sino que supera a la humana y conduce a una existencia puramente mental o informativa. Es la disolución del ser humano.

En este escenario, el ser humano abandona el cuer po para convertirse en una conciencia pura, liberada de limitaciones biológicas. La conciencia podría ser transferida o «descargada» a una computadora, lo que permitiría la inmortalidad digital. Es la desmaterialización total, donde el cuerpo ya no es necesario y la existencia renace como pura información.

Conquistar territorios ya no importa; lo relevante es controlar la vida y jugar a ser dioses

La idea implica que toda la inteligencia humana se convierte en parte de un sistema digital global, una superinteligencia artificial o una red computadoras que contienen nuestras conciencias. Es el fin del ser humano tal como lo conocemos, un futuro en que la mente es independiente del cuerpo y existe en estado permanente, conectada a esta inteligencia universal.

Libertad e inmortalidad

Esta visión promete una forma radical de libertad e inmortalidad, ya que la conciencia no estaría limitada por el tiempo, el espacio o las habilidades físicas. La mente viviría libremente, explorando nuevos horizontes en un universo virtual, con una capacidad sin precedentes de evolucionar y adaptarse.

Es comprensible pensar que cuando se tiene todo, se quiere todo. ¿Qué consecuencias políticas tiene la agenda transhumanista de Elon Musk y Silicon Valley?

La cancelación de lo humano es vista como un destino tecnológico, pero con implicaciones problemáticas de dominación y control. La tecnología, en lugar de ser un medio de emancipación, se convierte en un destino que subyuga al ser humano, haciéndolo cada vez más dependiente e integrado en él. Un mundo de máquinas.

Esta situación plantea una paradoja donde la búsqueda de la libertad asboluta lleva al hombre a ser dominado no por por máquinas (eso es el cine) sino por los propietarios de la tecnología. Y esos no son Trump, que visto así aparece como una marioneta, sino los High Tech Tycoons. Los ultramillonarios que pueden decidir que toda la humanidad sea de raza aria, o que solo los arios acceedan a un tipo de tecnología para evitar el dolor. O que lo hagan solo los ricos. O solo los chinos. Es en esta posición de dominio absoluto que la vieja y la nueva política se dan la mano. Porque la conquista de territorios es cosa de Trump, no interesa de verdad. Lo importante es controlar la vida, Ser el Deus ex machina del universo. Jugar a ser dioses.

Comentarios
Multimedia Diari