Son dos de los pueblos más independentistas de Tarragona y se sienten orgullosos de ello. En Arbolí (Baix Camp), un 95% de los vecinos que ejercieron su voto el pasado domingo se decantaron por una de las dos candidaturas que apoyan la secesión. De las 101 papeletas válidas, 75 fueron para Junts pel Sí y 21 para la CUP. Ciudadanos obtuvo tres sufragios y Unió y Catalunya Sí que es Pot, uno cada uno.
En La Vilella Alta (Priorat), el porcentaje de votos independentistas se ‘redujo’ al 87%, pero fue el único municipio de toda Catalunya donde ganó la CUP ya que se llevó 41 de los 85 votos, seguida por Junts pel Sí, con 33 votos. Tres vecinos optaron por el PSC, otros tres por Unió, dos por el PP, dos por el PACMA y uno por Catalunya Sí que es Pot.
Vecinos de ambos municipios se mostraban ayer molestos por la imputación de Artur Mas por la consulta del 9 de noviembre.
La historia de amor de los habitantes de La Vilella Alta con la CUP proviene de las últimas municipales donde la candidatura local, patrocinada por la CUP, arrasó. Cuatro años antes La Vilella ya se hizo ‘famosa’ –igual que ahora– porque no votó ni uno solo de los vecinos, es decir, la abstención fue del cien por cien, de nuevo un caso único.
Candidatura desde Canarias
El motivo de la deserción masiva de las urnas en 2011 fue que sólo optaba a las elecciones una lista ‘fantasma’, la que había presentado el PP encabezada por un militante residente en las islas Canarias. Habitualmente los vecinos organizaban una candidatura propia pero en 2011 se despistaron y no llegaron a tiempo. La única opción era por tanto una persona desconocida por lo que los vecinos decidieron no ir a las urnas. El resultado fue que una junta gestora tuvo que encargarse del municipio entre 2011 y 2015.
Este año, sin embargo, seis vecinos montaron la lista ‘La Vilella d’Amunt-Candidatura d’Unitat Popular-Poble Actiu’. Ganaron y escogieron como alcalde a Marc Vinyes.
Según explicaban ayer Pere Masip y Ramon Rocamora, dos jubilados del pueblo, Vinyes ha optado por la transparencia en la gestión de modo que comunica a los vecinos sus decisiones, lo que ha generado simpatías y ha proporcionado una buena imagen al partido de Vinyes, la CUP. Los compañeros de Vinyes también son de la CUP, por lo que, como explica un vecino, «entre padres, hermanos y familiares de los concejales ya tienes los 40 votos de la CUP». Y además, según Ramon, «los de la CUP han hecho mucha propaganda aquí. Eso ayuda en un pueblo pequeño».
Pere y Ramon critican la imputación de Mas. «No ha hecho nada malo, no hizo daño. Es un ciudadano y un catalán como los demás», señala Pere. «Van a provocar que la gente le tenga más simpatía», augura Ramon.
El mensaje del miedo que manejaron las fuerzas constitucionalistas durante la pasada campaña no caló en La Vilella Alta, según Ramon y Pere. «No nos lo creímos. Hay gente que estuvo trabajando en Francia y recibe la pensión de allí. Por tanto es lógico que a nosotros, que hemos trabajado para España, nos siga pagando la pensión España», sostiene Ramon, que, respecto a la fecha en que tendrá que declarar Mas –el 15 de octubre, 75 aniversario de la ejecución del expresident de la Generalitat Lluís Companys–, asegura que «la han elegido a conciencia».
Ramon se muestra relativamente optimista sobre si finalmente Catalunya conseguirá la independencia: «Será difícil, pero llegará. Me haría ilusión, pero no sé si la veré». Su compañero Pere advierte que «es cuestión de paciencia. Hay que ir luchando poco a poco. El proceso será largo y difícil, pero seguro que acabará bien. La esperanza es lo último que se pierde».
También son optimistas los vecinos de Arbolí. «Creo que la independencia es posible, viable y necesaria para abrir los ojos a España, que permanece anclada en el pasado», sostiene Magda Samarra, que hizo de ‘pregonera’ ayer por la mañana y anunció la imputación de Mas a unos vecinos que estaban en la plaza del pueblo. «Ya está. Ya lo han imputado y tendrá que declarar el mismo día que mataron a Companys», anunció con una voz resignada, como el que ya se esperaba la noticia. «La fecha no es casual», sentencia.
Su hija, Magda Seriol, cree que «muchos catalanes se han hartado del sistema. Desde España no pueden estar dando caña a Catalunya todo el rato». Su progenitora precisa que «todo el mundo merece respeto, pero se criminaliza al nacionalismo catalán y no al español».
Samarra opina que el miedo sí que ha influido ya que algún familiar de avanzada edad no ha votado, como era su deseo, a Junts pel Sí «para que no me quiten la pensión». «Los banqueros –lamenta Magda Samarra– han hecho camarilla para advertirnos de los supuestos peligros de la independencia. ¿Por qué no salieron a tranquilizar a los que tenían preferentes?»
‘Hay que cambiar a mejor’
Richard Wade, un norteamericano nacido en Ohio que se instaló en Arbolí en 1978, asegura que la CUP «son los únicos que llevan la independencia en su programa» y que la «independencia sólo es una teoría si no tiene algo detrás. Tiene que ser algo más que una simple separación. Ha de cambiar la vida a las personas a mejor».
Para Wade, «Extremadura no puede mandar aquí. Somos diferentes. Si alcanzas la independencia con legitimidad democrática, todos la acabarán reconociendo. Y los empresarios son los más pragmáticos de todos».
Wade es crítico con Mas y Junts pel Sí:«La independencia que proponen ellos es vacía. Continuarán haciendo lo mismo que ahora. Lo que realmente emociona es un cambio radical y social», como propugna la CUP, partido al que Wade vota.
Otro vecino, Xavier Estivill, concluye que «es el momento para que el Estado español se ponga las pilas y haga una propuesta para llegar a un acuerdo, para que la ruptura, que es inevitable, no sea traumática».