La joven activista gallega Ana Baneira Suárez, de 24 años, fue liberada el sábado por las autoridades de Irán, donde estaba presa desde noviembre, y se espera que llegue a Galicia hoy lunes, según fuentes del Ministerio de Exteriores.
Ana Baneira, que pertenecía a una oenegé de derechos humanos, fue arrestada a principios de noviembre supuestamente por participar en las protestas desencadenadas tras la muerte bajo custodia policial en septiembre de Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años que había sido detenida en Teherán por llevar mal colocado el velo islámico.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, confirmó ayer que la española había viajado ya desde Teherán a Dubai ,y desde allí a Ginebra, desde donde volará a A Coruña, para encontrarse hoy con su familia y amigos. La activista habló con Albares, a quien aseguró que se encuentra en buen estado y expresó su alegría por volver a casa, además desu agradecimiento por las gestiones realizadas por el Gobierno para su liberación.
Desde su liberación, la joven ha estado en todo momento acompañada por el embajador español en Teherán, Ángel Losada. En los últimos tres meses, el ministro ha conversado telefónicamente con su homólogo iraní en varias ocasiones para solicitarle la liberación inmediata de Baneira «porque los cargos de los que se la acusaban eran completamente infundados».
La familia de la joven gallega explicó en un comunicado que «Ana está desde ayer tarde de camino de vuelta a casa». «Queremos empezar agradeciendo a los medios de comunicación el respeto con el que habéis tratado este asunto durante estas semanas eternas de espera», señalaron, a la vez que piden «espacio e intimidad» para atender la llegada de la joven.
El ministro de Exteriores señaló que continúa haciendo gestiones para la liberación del otro español preso también en Irán, Santiago Sánchez Cogedor. Fue detenido en octubre en Saqqez, en el Kurdistán iraní, tras visitar y fotografiar la tumba de Amini, cuya muerte originó una oleada de protestas que a día de hoy todavía continúa en el país y cuya represión ha provocado al menos 500 muertes, cientos de detenciones, y la condena de la comunidad internacional.