El batería del grupo musical Els Pets Joan Reig, que cuando era niño fue una de las víctimas de abuso sexual del párroco de Constantí Pere Llagostera, afirma que muchas veces las dudas de la familia cuando un niño explica que ha sufrido abusos «son tan duras como el abuso sexual».
En una entrevista este lunes, 25 de febrero, en Catalunya Ràdio, Joan Reig, que ayer recibió un premio de la Fundación Vicki Bernadet por su canción Corvus, en la que relata los abusos que sufrió en su infancia, en 1973, reveló que compuso la canción para poder «cerrar la historia que tenía en un cajón dentro de mí». Confesó que fueron varias circunstancias las que hicieron que comenzara a escribir esta canción: el nacimiento de su hijo y el momento en el que vio la esquela del fallecimiento de Pere Llagostera, hace dos años.
Joan Reig destacó el malestar en su pueblo natal, porque «después de las tres noticias consecutivas sobre abusos, Constantí parecía ser el epicentro de la pederastia, y eso hizo que se creara un malestar; es lógico, si eres católico y te han vendido una película desde pequeño, que culpes al mensajero».
Según Joan Reig, tras sufrir los abusos, «no podía dormir por las noches hasta que escuché al grupo de los mayores hablando sobre el tema, y me di cuenta de que no estaba loco ni lo había soñado, pero seguí haciendo de monaguillo después de aquello».
«No se podía dudar»
El motivo era el entorno: «Antes no se podía dudar de alguien que representaba a Dios, la encarnación del bien. Entiendo o intento entender que mi madre lo pusiera en duda, que lo negara, en un régimen en el que la gente tenía secuestrada la voluntad», dijo.
Al final de la entrevista, un muy emocionado Joan Reig destacó que la frustración de las víctimas aumenta porque muchas veces las familias dudan de la versión de los menores. «Es muy duro, a veces es tan duro como el mismo abuso. Yo no tuve nunca una conversación con mi madre, murió sin tener una conversación conmigo sobre esto».
Sobre la cumbre convocada por el papa Francisco para abordar la pederastia en la Iglesia y que concluyó el domingo en Roma, Joan Reig celebra que el catolicismo se haya dado cuenta de que tiene un problema, pero duda de que ese encuentro logre erradicar el fenómeno.
Bernadet no ve voluntad política
Vicki Bernadet, fundadora de la fundación que lleva su nombre, criticó por su parte que no exista voluntad política para ampliar la prescripción de delitos de abusos sexuales de 30 a 50 años, ya que las denuncias se suelen producir a partir de los 32 años posteriores.
Vicki Bernadet explicó también ayer en Catalunya Ràdio que «los silencios de personas que llegan a la edad adulta sin explicarlo necesitan detonantes, y cada uno necesita el suyo; a veces es una esquela, el nacimiento de tus hijos, la muerte de los padres o una película».
Sobre algunas declaraciones de la Iglesia, Vicky quiso dejar claro que, «si no quieres que salga a la luz la verdad, eres de alguna manera encubridora». «La Iglesia ha querido ir por un camino que no va a ninguna parte, y las víctimas hemos perdido una gran oportunidad porque no nos dan muestras de que haya sinceridad y honradez de su parte», añadió.
La fundadora del Premi Fada recalcó que «la sociedad debe entender que después del abuso siguen una serie de cosas tanto o más dolorosas: que te juzguen, que no te crean, que te culpabilicen, y después que te pregunten por qué has tardado tantos años a hablar».
Corvus, del disco Som de Els Pets, ha ganado el premio a la cultura que otorga bianualmente la Fundació Vicki Bernadet desde 2013 con la voluntad de promover la sensibilización y la prevención de los abusos sexuales infantiles en diferentes ámbitos artísticos.
