El posible regreso a Catalunya de Puigdemont ha hecho saltar por los aires el proceso habitual de preparación de un pleno de investidura en el Parlament. Si todo fuera como está previsto, Salvador Illa se convertiría mañana en el nuevo President tras el acuerdo de los socialistas con ERC y Comuns.
Sin embargo, Junts defiende abiertamente el boicot a dicha investidura si Puigdemont no puede asistir. Una movilización que también sostienen ERC y Comuns, pues son partidarios de que todos los diputados puedan estar presentes en la sesión. Sin embargo, los postconvergentes optan por alargar el calendario sine die y forzar así, quizá, la repetición electoral, un escenario que no interesa a los futuros ‘socios’ de Illa, que prefieren acordar una nueva fecha.
Un acto frente al Parlament
JxCat ya ha convocado un recibimiento de Puigdemont en Barcelona para mañana jueves a las 09.00 horas. El acto, en el paseo Lluís Companys, delante de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, está previsto que se celebre justo antes de que, a las 10.00 horas, se inicie el debate de investidura de Illa.
En el caso de que Puigdemont llegue a las puertas del Parlament, Josep Rull, ya ha anunciado que impediría que la policía detuviese a ningún diputado dentro del edificio. “Dentro del Parlament, el presidente no será detenido. Tenemos un protocolo vigente y operativo y que me encargaré de que se cumpla íntegramente: ningún diputado puede ser detenido ni retenido dentro del Parlament”, asegura.
Así pues, se presentan tres posibles opciones: que se lleve a cabo el pleno de investidura con normalidad, que se posponga o que se suspenda.
¿Qué diferencia hay entre un pleno pospuesto y uno suspendido?
El reglamento contempla dos tipos de interrupciones en un pleno de investidura en el Parlament. En el primer caso, si la sesión no llega a dar inicio, se pospondría, lo que obligaría a poner una nueva fecha teniendo en cuenta que el plazo máximo es el 26 de agosto. Si no se nombra President antes, se convocarían elecciones.
En el caso de que el pleno de inicio y se tenga que suspender, los diputados contarán con un plazo máximo de 30 minutos para reprender la votación.
Sin embargo, ante cualquier escenario, los grupos tienen mecanismos para forzar una reprogramación del pleno. Dos grupos parlamentarios podrían pedir una convocatoria de la Diputació Permanent para, usando su mayoría, decidir qué día se retoma la sesión.