El Ejército israelí aseguró este martes haber matado a unos 45 presuntos milicianos palestinos en las últimas 24 horas en la Franja de Gaza, entre ellos un comandante de Hamás encargado del tráfico de equipamiento militar hacia dentro y fuera del enclave.
Según un comunicado castrense, el comandante, identificado como Mohamed Mahasneh, supervisaba principalmente el transporte de material militar por mar, pero también estuvo involucrado en el tráfico por túneles y a través de pasos fronterizos.
"Su eliminación degrada seriamente las capacidades del grupo terrorista Hamás para introducir ilegalmente equipamiento en la Franja de Gaza", dijo el Ejército.
Desde el comienzo de su ofensiva contra Rafah, la localidad más al sur del enclave palestino, a comienzos de mayo, las autoridades israelíes han tomado el control del conocido como Corredor Filadelfia, que recorre la frontera con Egipto, y han clausurado el paso fronterizo de Rafah, por donde entraba gran parte de la ayuda humanitaria al enclave desde el comienzo de la guerra.
Desde entonces, Israel dice que ha encontrado decenas de túneles en la zona, algunos de los cuales acaban en Egipto, y que según las fuerzas israelíes eran utilizados para traficar con armamento.
La ofensiva en Rafah continúa, y el Ejército mató en las últimas 24 horas a unos 25 milicianos palestinos en la localidad, tanto en combates como en ataques aéreos.
Además, las fuerzas israelíes acabaron con la vida de otros 20 supuestos combatientes en el centro de la Franja, donde a finales de julio ordenaron la evacuación de partes del campamento de refugiados de Bureij y del de Nuseirat.
Al menos 39.623 gazatíes han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y otros 91.469 han resultado heridos en casi diez meses de guerra en el devastado enclave palestino, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás.
La solución que da Israel a los gazatíes que ordena desplazarse es que huyan a la "zona humanitaria" de Mawasi, al oeste de la localidad de Jan Yunis, cuyo perímetro cada vez es más reducido y está abarrotada de refugiados que malviven en tiendas de campaña, sin agua y sin electricidad.