Ganadores y perdedores. En todas las convocatorias electorales los hay, aunque la clase política es muy hábil para mover el discurso hacia donde le interesa. Pero los mapas hablan alto y claro. Si en 2021, el amarillo republicano reinaba en el mapa de resultados de la provincia de Tarragona, ahora la imagen nada tiene que ver con aquellos datos.
Los de Salvador Illa –Rosa Maria Ibarra en Tarragona- son los claros vencedores en número de votos, sumando más de 24.000 papeletas respecto a hace tres años y ganando en las principales ciudades de la provincia, en los núcleos de población con más habitantes.
Pero, aunque pueda sorprender, el rojo no es el color predominante. El azul de Junts+ es el que más mancha el mapa, ya que la lista de Puigdemont se ha situado al frente de los rankings en la mayoría de municipios del interior del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre.
Hablamos de Valls, Montblanc, Tortosa o Falset, entre otros. Poblaciones que mantienen su confianza en las fuerzas independentistas pero que, en la mayoría de casos, dejan de confiar en ERC para sumarse a las filas de un Puigdemont que ya veremos si desaparece de la esfera política.
Un PP muy fuerte
Pero quien más ha crecido en cifra absoluta de votos es el Partido Popular de Alejandro Fernández. Ha vuelto. Y lo ha hecho fuerte, comiéndose a Ciutadans por el camino y regresando a un espacio que lidera de nuevo tras años de travesía por el desierto, con más de 25.000 papeletas más que en 2021 en la provincia.
Su peso se ha afianzado en posiciones ventajosas. Destaca Tarragona, donde han logrado el segundo lugar tras la victoria socialista. O Salou, que es donde más ha crecido a nivel de toda Catalunya. Casi nada.
Todavía hay más curiosidades. ERC sobrevive en algunas localidades, especialmente de las Terres de l’Ebre, en un momento en que el partido deberá iniciar un proceso de reflexión interna de primer nivel y que ya ha empezado con la retirada de filas del todavía president de la Generalitat, Pere Aragonès, que se encuentra ya en tiempo de descuento.
Y, más allá del crecimiento de los de Puigdemont, el espacio independentista, igual que en Catalunya, ha perdido mucha fuerza. El souflé del Procés ha bajado y el sentido del voto va hacia otra dirección.
¿Y Vox? Allí sigue, superando con creces a un Ciutadans ya fallecido y que en los últimos años ha ido dejando ir a sus principales activos hacia las filas populares como es el caso de Pere Lluís Huguet, candidato por Tarragona.