Con reglas especiales y una gran expectación entre los votantes, Joe Biden y Donald Trump celebran este jueves por la noche (tres de la madrugada del viernes en España) el debate más tempranero de la historia de las presidenciales estadounidenses.
Llega tres meses antes de lo que es habitual en el calendario y ambos candidatos prometen que será "civilizado". Biden, de 81 años, y Trump, de 78, se verán cara a cara por primera vez desde 2020 en horario de máxima audiencia (21.00 horas en la costa este) en la sede central de la cadena de televisión CNN, ubicada en Atlanta, Georgia. Ambos candidatos esperan consolidar sus respectivas posiciones.
El duelo encuentra al demócrata con una ventaja de 9 puntos en las encuestas entre los independientes y un saludable cofre de campaña para sostener la formidable movilización que requerirá en los próximos cuatro meses si quiere mantenerse en la Casa Blanca. El republicano, por su parte, tiene como aval una recaudación masiva desde su condena del mes pasado por 34 delitos penales, anulando la superioridad financiera que Biden mantenía hasta ahora. Para evitar el caos que supone la falta de autocontrol de Trump, que en 2020 llegó a interrumpir a Biden más de cien veces, los organizadores han establecido reglas especiales para tratar de mantener el 'civismo' y centrar el debate en el programa político y el historial de cada uno. Incluyen micrófonos silenciados excepto durante el propio turno. Tampoco estará permitido llevar notas escritas ni accesorios y durante las dos pausas comerciales los candidatos no podrán consultar con sus equipos.
Por primera vez desde el debate entre John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960 no habrá audiencia en el estudio. Con ello se prevendrán las reacciones en directo del público en la sala ante comentarios disparatados y la teatralidad que Trump suele utilizar eficazmente ante sus seguidores.