El juez que presidió el juicio dl 11M, Javier Gómez Bermúdez, explica que el terrorismo yihadista no es jerárquico y considera que, seguramente, no hubiera una figura concreta que ordenara los atentados.
Tres años después de los atentados comenzó el juicio. Duró cuatro meses ¿Cómo lo vivió?
Con mucha intensidad. En realidad fue un año de trabajo intenso, sobre todo antes de dictar la sentencia. Había muchos problemas de gestión y organizativos. No era solo una cuestión jurídica, era una cuestión de control de todos los posibles incidentes y de que hubiera coordinación en todo.
¿Tomaron alguna medida para abstraerse del clima político que se respiraba?
La verdad es que no. Podemos decir de una forma muy gráfica que durante el juicio el país se pacificó. No hubo polémicas. Antes del juicio, hubo muchas, y después de la sentencia, también. Pero justamente durante el juicio, fue todo muy, muy tranquilo. Y medidas, ninguna. Yo seguía haciendo mi rutina, me iba a jugar al squash a primera hora y luego me duchaba en el gimnasio y me iba a la Audiencia.
¿Nunca recibió amenazas?
Eso no se contesta.
¿Cómo hubiera sido hoy el juicio, con la proliferación de redes sociales y mensajes cada vez más polarizados?
Pues yo creo que hubiera sido exactamente igual. Tengan en cuenta que en aquella época no había atentados yihadistas con víctimas, salvo el de 1985 en el restaurante ‘El Descanso’, pero sí había muchas víctimas de ETA. Digamos que era algo que ya teníamos perfectamente asumido. O sea, de existir las amenazas, existían más por parte de ETA que del yihadismo.
Con la perspectiva de 17 años después del juicio, ¿cambiaría algo en la forma de dirigirlo?
Lo digo siempre. Lo que menos me gustó del juicio fue mi primer día, porque me porté francamente muy duro con un abogado que, además, lo hizo estupendamente bien: Endika Zulueta. Pero es verdad que también la situación que se creó ese primer día imponía mano dura, porque si no, se nos hubiera ido de las manos.
Uno de los acusados se acogió su derecho a no declarar, por lo que nos obligó toda la mañana a leer sus declaraciones policiales. De pronto dice que quiere declarar, pero no le dejé y le dije que tenía el derecho a la última palabra. Hizo uso de ella cuando le tocó. Nos retrasó el programa previsto y era absolutamente necesario cumplir escrupulosamente con los tiempos, porque si no salían en libertad los presos preventivos.
¿Está orgulloso de la sentencia? ¿Cambiaría algo?
Todo es mejorable. Cambiaría quizá algunos párrafos, que deberían de ser un poco más extensos, más que nada porque yo escribo un poco corto. Siempre se te escapan fallos de concordancia, alguna falta de ortografía, por más que lo corrijas. En cuanto al fondo, creo que tenía que haber afinado más en los hechos probados de Leganés (el suicidio de la célula terrorista en un piso de esa localidad madrileña).
¿Ha quedado todo clarificado?
Está claro todo. En ningún delito, ya sea un robo o una violación, se conoce el cien por cien de lo que ha ocurrido, ni las motivaciones que hay detrás. Es imposible. Es una falacia.
¿Hoy en día se podría repetir un atentado de la magnitud del 11-M?
Los atentados son siempre un fallo de seguridad y del azar, de mala suerte. Por lo tanto, se puede producir. Pero España está muy preparada, mucho mejor que en aquella época, para este tipo de terrorismo y yo creo francamente que es muy, muy, muy difícil que se repita algo así.
¿El atentado del 11-M se pudo haber evitado?
Todos los atentados se pueden evitar, pero la seguridad absoluta no existe. En todos los atentados, como en este, los de ETA los del GRAPO... siempre había algún indicio, alguna información. Pero es que somos humanos, no somos perfectos ni las policías, ni los jueces, ni nadie. ¿Se pudo haber evitado? Sí, probablemente, porque la seguridad en esa fecha era espectacular al estar a punto de tener unas elecciones. Pero todo se estaba focalizando en ETA.
¿Se podía haber evitado la polémica política?
No soy quien para hacer un juicio político, pero evidentemente hay muchas formas de gestionar un atentado de esta gravedad. Es una mera opinión, pero yo hubiera suspendido las elecciones, de acuerdo con el resto de las fuerzas políticas.
¿Qué le diría a aquellas víctimas que siguen pensando que la sombra de ETA planea por el 11-M y que siguen quedando flecos, como el autor intelectual?
Pues que las comprendo, que no tengo jamás que reprochar a una víctima que dude de que hay cosas que no se han resuelto, que puede haberlas, pero sinceramente creo que casi todo, por no decir todo, está clarificado.
Ahora que ejerce como abogado, ¿defendería a un acusado de terrorismo yihadista?
No. Tengo una cláusula ética y no defiendo ningún tipo de terrorismo, ni como acusación ni como defensa. Esa misma cláusula ética me lleva a no defender delitos sexuales, de sangre, de droga. Es normal cuando llevas 30 años juzgando hechos execrables.