El superviviente de Auschwitz Marian Turski apeló ayer a «no tener miedo» ante el antisemitismo que llevó al Holocausto en la Segunda Guerra Mundial y a «resolver problemas entre vecinos, gentes y grupos étnicos», durante la conmemoración de los 80 años de la liberación por el Ejército soviético de ese campo de exterminio nazi. En un emotivo discurso, pronunciado ante 2.500 personas y medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, diplomáticos y representantes de países y organizaciones internacionales, Turski, del Consejo Internacional de Auschwitz, puso de ejemplo las reconciliaciones históricas entre naciones enfrentadas en el pasado como Francia y Alemania.
«No tengamos miedo de convencernos de que podemos resolver problemas entre vecinos, porque durante siglos, en muchos continentes, muchas naciones y muchos pueblos y muchos grupos étnicos han tenido sus casas los unos con los otros», dijo Turski, quien también alertó de que el «odio y la incitación al odio» lleva al «conflicto armado» y al «baño de sangre».
El que fuera el primero de cuatro supervivientes de Auschwitz protagonistas en la conmemoración de la liberación de ese campo de exterminio, terminó su intervención con la «experiencia positiva» de Francia y Alemania, dos partes de un conflicto que «llegan a la conclusión de que hay otro camino, el compromiso, para asegurar una vida segura para sus hijos, nietos y las generaciones futuras».
Este hombre, de 99 años, fue deportado a Auschwitz en agosto de 1944, en uno de los últimos transportes del gueto de Łódz hasta el campo de exterminio nazi, y sobrevivió en enero de 1945 a dos de las conocidas como «marchas de la muerte» a la que obligaron los nazis a los prisioneros a medida que los soldados aliados se aproximaban a los campos de concentración.
En su intervención también alertó ante el «auge del antisemitismo», un sentimiento que «llevó al Holocausto» y las teorías de la conspiración que culparon a grupos sociales, como los judíos, de los males del mundo.
Otra de las supervivientes, Janina Iwaska, nacida en 1930, insto a Europa a «no dejarse llevar por locuras» como las ocurridas en la Segunda Guerra Mundial y que terminaron en el Holocausto. Alertó de que «no se debe perder de vista que un caos así puede ocurrir en cualquier lugar».
A su vez, Tova Friedman, de 86 años, destacó que hay que despertar «la conciencia colectiva para transformar la violencia, la ira, el odio y malignidad que tan poderosamente ha atrapado a la sociedad en un mundo más humano y justo antes de que estas fuerzas negativas destruyan» al mundo.
Como sucedió en 2020, cuando se cumplieron 75 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, los reyes Felipe VI y doña Letizia fueron los encargados de asumir la máxima representación de España cuando la misma efeméride alcanzó su 80 aniversario.
Aunque si en aquella ocasión estuvieron acompañados de la todavía ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en esta ocasión fue el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, quien acompañó a los monarcas.