Catalunya ha dado por superado “lo peor” de la DANA en esta comunidad, comenzando a recuperar la normalidad después de un lunes con inundaciones en Tarragona y el litoral de Barcelona que obligaron a cortar durante horas el servicio de Rodalies, algunas carreteras y a cancelar vuelos, sin que se registraran daños personales.
Así lo ha anunciado el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en una rueda de prensa tras la séptima reunión del comité de seguimiento de la DANA, en la que ha advertido que, aunque se da por finalizada la alerta, a lo largo de esta semana podrían repetirse lluvias intensas. Por ello, ha pedido a los ciudadanos que mantengan la prudencia y la precaución y estén atentos a los avisos.
Illa también ha destacado que esta DANA, activa desde el pasado martes, ha evidenciado la necesidad de prepararse “mejor” frente a los efectos del cambio climático y de revisar los mecanismos de protección y coordinación de emergencias: “Todo lo que no hagamos hoy lo podemos pagar muy caro mañana”.
Por este motivo, ha anunciado que en la reunión del Govern de mañana propondrá cuatro acuerdos para ayudar técnica y económicamente a los municipios a tener planes de Protecció Civil, revisar el modelo de protección civil en Catalunya, evaluar las zonas inundables y tomar medidas para proteger a las personas, además de dar apoyo económico a los territorios, personas y actividades afectadas por los daños del temporal.
Las lluvias torrenciales caídas desde anoche en Tarragona y Barcelona dejaron en la mañana a Catalunya sin trenes de cercanías, con cortes en la alta velocidad y vuelos cancelados, inundaron carreteras y provocaron crecidas en algunos ríos, cerca de desbordarse, aunque la situación ha comenzado a normalizarse.
De hecho, el Meteocat ha reducido a nivel dos de seis el aviso de peligro máximo por lluvias para mañana, limitado a las Terres de l’Ebre en la mañana y a Girona en la tarde, aunque lejos de los registros torrenciales de este lunes.
Así, como estaba previsto, a las 14:00 horas quedó sin efecto la restricción de movilidad y el cierre de escuelas, vigente desde anoche en nueve comarcas de Tarragona: Alt Camp, Baix Camp, Baix Ebre, Baix Penedès, Montsià, Priorat, Ribera d’Ebre, Tarragonès y Terra Alta.
Durante el lunes, Protección Civil también envió alertas por lluvias torrenciales a los teléfonos móviles de los ciudadanos de las comarcas del Barcelonès, Baix Llobregat, Garraf, Maresme, Vallès Oriental, Vallès Occidental y la Selva.
En apenas dos horas, las intensas precipitaciones, que dejaron hasta 131 litros por metro cuadrado, inundaron carreteras, calles y bajos en municipios del Baix Llobregat, incluido el aeropuerto del Prat, donde comenzó a acumularse agua no solo en las pistas sino también en las terminales, lo que provocó la cancelación de unos 70 vuelos y el desvío de otros 17.
A consecuencia del aguacero, Renfe suspendió la circulación de trenes en toda la red de cercanías, excepto en la RL3 entre Lleida y Cervera, aunque por la tarde se empezó a restablecer el servicio.
El servicio del tranvía de Barcelona también se interrumpió durante horas y se cerraron los accesos a varias estaciones de metro parcialmente inundadas.
La movilidad por carretera también se vio afectada por el aguacero, con media docena de carreteras cortadas, entre ellas la autovía C-32 a su paso por Castelldefels, reabierta hacia las 14:00 horas, donde las lluvias dejaron atrapados varios vehículos que terminaron flotando en el agua, y la AP-7, entre Altafulla y l’Aldea, con restricciones de circulación que provocaron retenciones kilométricas. Sin embargo, Illa informó que por la tarde ya no quedaba ninguna carretera principal cortada al tráfico.
La intensidad de las lluvias también provocó crecidas en varios ríos hasta el punto de que la Agencia Catalana del Agua (ACA) emitió una alerta por posible desbordamiento en las cuencas del Francolí, con un caudal inusual a su paso por Tarragona, Besòs y Llobregat, que fluía con 115 metros cúbicos por segundo, aunque la situación se logró contener.
El inusual aguacero de esta mañana fue causado por hasta cuatro tormentas alineadas, una de ellas sobre el mar, que descargaron más de 81 litros por metro cuadrado en las comarcas del Baix Llobregat y el Barcelonès, con el récord de 115 registrado en Viladecans, y más de 50 en Tarragona.
Los problemas de movilidad también obligaron a suspender las actividades en universidades y otros centros educativos y a reprogramar citas en algunos hospitales.