Catalanes residentes en Francia ven con «temor» y «respeto» la posible victoria del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen y Jordan Bardella, en las elecciones legislativas.
«Da miedo porque no dejamos de ser extranjeros que vivimos en un país extranjero. Ya había empezado antes, pero estoy mirando cómo obtener la nacionalidad francesa», dice Jesús Crespo, que lleva 15 años viviendo en París.
De la misma forma, Chloé González, que tiene la doble nacionalidad, dice estar viviendo los comicios con «tensión» y «miedo» ante la posibilidad de que la ultraderecha llegue al poder.
Crespo apunta que, entre su círculo cercano, «la gente está sorprendida» ante los buenos resultados de la extrema derecha en las elecciones europeas del 9 de junio, una victoria que hizo que el presidente, Emmanuel Macron, convocara elecciones legislativas de forma anticipada.
«Ves que una de cada tres personas ha votado a Agrupación Nacional y la reacción general es preguntarse dónde están», dice.
Oficialmente, 51.000 catalanes residen en Francia, según datos del 2022, los últimos disponibles, una cifra que la convierte en la comunidad catalana más numerosa en el exterior.
Entre los catalanes, dice Crespo, la «sensación es ver qué pasa» porque, en caso de que la extrema derecha llegue al poder, «las cosas no son tan rápidas». «La sensación es más de ver qué está pasando con la sociedad y ver hacia dónde vamos», añade.
Ahora bien, González, que votará en las elecciones al tener también la nacionalidad francesa, apunta a que la doble nacionalidad española y francesa no es precisamente la que está más en el punto de mira de la extrema derecha.
«Si los catalanes tienen miedo (de la extrema derecha) es por otros valores, porque tenemos amigos que no son europeos y tenemos miedo a la represión que puede significar que la extrema derecha esté en el poder», remarca.
Dudas sobre la participación
Una de las cuestiones importantes será la participación en las elecciones. Las encuestas apuntan a una elevada movilización, pero Crespo avisa que el hecho de que la segunda vuelta sea en julio, con algunos ciudadanos de vacaciones, podría bajar la participación, especialmente entre los contrarios a la extrema derecha.
«Espero que haya más movilización. La gente sí ve que es un momento crucial», indica González. Sin embargo, avisa de que hay mucha gente «desilusionada con la política» y que la abstención en Francia es más elevada. «Personalmente, espero que la gente salga a votar», afirma.