El ingreso en la unidad de cuidados intensivos de Silvio Berlusconi, de 86 años, desde el miércoles mantiene en vilo a Italia, tras confirmarse este jueves que padece una leucemia mieloide.
Aunque su hospitalización de urgencia se debió, en un principio, a problemas cardiovasculares y dificultades para respirar, el último parte médico dio cuenta de que tiene una infección pulmonar producida por el cáncer. Además, ya ha iniciado los primeros tratamientos de quimioterapia para limitar los efectos de las células cancerígenas y lograr el «restablecimiento de las condiciones clínicas preexistentes», reza el comunicado del hospital milanés de San Rafael.
Pese a que padece cáncer «desde hace tiempo», su condición todavía es crónica y no se ha agudizado, informó el centro médico. El ingreso de Berlusconi en el hospital lo hizo por su propio pie, a diferencia de los anteriores en los que tuvo que recurrir a ambulancias o helicópteros. Todo ello alimentó la sensación de que sería algo rutinario. Hace justo una semana ya había estado en la clínica durante cuatro días para un «control» y someterse a algunas pruebas. Pero fue dado de alta, y había vuelto a su vida normal.
«Regresé al trabajo. Estoy dispuesto y decidido, como siempre, a comprometerme por el país que amo», escribió el pasado viernes en las redes sociales. También fue visto sonriendo en una fotografía publicada el domingo por su pareja, la diputada Marta Fascina, 54 años más joven que él, cuando estaban en un extenso campo de tulipanes en su lujosa villa en Arcore, en el norte de Italia.
El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, que ha sido el portavoz del estado de salud del actual senador, indicó que los primeros días en la UCI han sido «tranquilos» y permanece «estable». El líder del grupo en la Cámara, Paolo Barelli, también ha estado al frente de la situación. Sin embargo, optó por evitar detalles sobre la condición oncológica del exprimer ministro.
Sólo pidió respetar la intimidad del paciente y mostrar preocupación por «un político que deja huella con su actividad». Por otro lado, el viceministro de Cultura, Vittorio Sgarbi, se mostró menos esperanzador tras señalar que «espero que tenga la fuerza de resistir este último golpe que tiene un nombre siniestro, leucemia». El líder de Forza Italia y tres veces primer ministro del país transalpino ha seguido al frente de la política y sus negocios, según informaron sus compañeros.
Tajani señaló que tuvo una conversación telefónica con Berlusconi, quien les pidió no desatender sus tareas, pues «el país los necesita». Desde que fundó su formación en 1994, se niega a dejar el escenario político, por lo que también forma parte de la coalición conservadora que gobierna en Italia, con Giorgia Meloni al frente. En el hospital, ubicado en las afueras de la capital lombarda, permanece acompañado por su pareja.
Y ha sido visitado por varios miembros de su familia y algunos parlamentarios de su partido. Su hermano menor, Paolo, aseguró que «es una roca, por lo que también lo logrará esta vez», haciendo alusión a las numerosas ocasiones que el político ha debido acudir al médico en los últimos años.
Salud deteriorada
La salud del magnate ha ido en deterioro desde que se contagió de covid en 2020, lo que agravó algunas enfermedades que ya tenía. Esa infección le provocó una pulmonía muy grave, incompatible con sus problemas cardíacos, que le obligan a llevar un marcapasos desde hace una década.
También, a inicios de 2022 sufrió una infección en las vías urinarias y estuvo un largo período ingresado en el hospital de San Rafael. Su paso por las clínicas han llegado a asustar a sus seguidores y a los militantes de su partido.
El episodio más grave fue en 2016, cuando lo operaron a corazón abierto. Entonces, su médico explicó que había arriesgado la vida y que había llegado en condiciones críticas. La recomendación fue disminuir el ritmo y guardar reposo, pero la vida pública de político y magnate de la comunicación se lo han impedido. En 2019 volvió a someterse a una cirugía, esta vez por una oclusión intestinal.