«Algunos clientes buscan pastillas que les ayuden»

El alargador de pene, la bomba de vacío que se dice, es el producto más reclamado en la ciudad

19 mayo 2017 18:26 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:51
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- ¿Cuánto tiempo lleva el negocio abierto?

- 15 años, fue el primer sex shop que abrió en Tarragona y es el único que ha aguantado hasta ahora. Antes había muchos más, pero les superamos debido a la calidad de productos, lencería y, por supuesto, el trato al cliente, amén de un servicio que solo nosotros ofrecemos: una sala de cine.

- ¿Qué tipo de clientela suele venir?

- De todo un poco, la verdad, incluso gente mayor de unos 60 y hasta de 80 años. He llegado a ver ancianos que entraban con el taca-taca.

- ¿Son hombres o mujeres?

- Hombres sobre todo. Algunos clientes buscan pastillas que les ayuden en la erección por motivos de edad.

- ¿Cuál es el producto más reclamado en Tarragona?

- El alargador de pene, la bomba de vacío que se dice, es el producto más reclamado en la ciudad. Son unas bombas que estiran el pene. Principalmente me lo piden tanto hombres como mujeres cuando hay problemas de erección o de tamaño.

- ¿Qué es lo más extraño que ha vendido?

- Réplicas de pene de caballo hechas de silicona que miden más de 60 centímetros. Pero además también tengo films relacionados con la zoofilia, género que no se encuentra en ningún sitio y que para un público concreto.

- ¿Podrías contarnos alguna anécdota?

- Un pastor que por lo visto se había enamorado de su oveja venía a comprarle lencería, pelucas, faldas, jerseys, etc... Se las ponía a la oveja y la trataba como si fuese una mujer de verdad.

- Hábleme de la sala de cine.

- Es algo que va muy bien para el público homosexual, que siempre se quejaba de que no había ningún local de ambiente en el que poder expresarse libremente. Aquí pagan entrada, se sientan, hablan, se conocen, ven films... Básicamente es para pasar el rato.

- ¿La ola de ‘50 Sombras de Grey’ se notó mucho?

- Claro, sobre todo en látigos y esposas. Los vendíamos cada día, junto con antifaces y demás. Los hombres venían y compraban para satisfacer a sus parejas porque sabían que leían el libro. La ola duró mucho e incluso hay gente que hoy siguen adquiriendo productos de la novela.

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