Muchos expertos reclaman la limitación del uso de los teléfonos móviles en adolescentes. Francisco Villar, psicólogo clínico infantil y juvenil y coordinador del programa de prevención del suicidio del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, explica en su libro Sin pantallas siento y pienso mejor que «es perjudicial usar el móvil antes de los 16 años» y que debería prohibirse.
De hecho, ya son varios países europeos que restringen el uso de dispositivos móviles en la escuela. Francia, Italia, Grecia, Suecia, Finlandia, Portugal y los Países Bajos han prohibido el uso de móviles en centros educativos.
En el caso de Catalunya, el Departament d’Educació i Formació Professional de la Generalitat ha puesto sobre la mesa una propuesta para eliminar a partir del próximo curso los teléfonos móviles en Secundaria, unos dispositivos que ya están prohibidos en Primaria.
También Estados Unidos
En Estados Unidos, varios estados están implementando medidas para restringir el uso de teléfonos móviles entre adolescentes, especialmente en el ámbito escolar.
Por ejemplo, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó en septiembre de 2024 la Ley de Escuelas Libres de Teléfonos, que ordena a las escuelas del estado elaborar reglamentos para limitar o prohibir el uso de teléfonos móviles en las aulas a partir del 1 de julio de 2026. Newsom argumenta que el uso excesivo de teléfonos incrementa la ansiedad y otros problemas de salud mental.
Mònika Jiménez, autora de un estudio pionero sobre TikTok no es partidaria de la prohibición. «Confío en la educación digital y la salud mental, ya que los jóvenes no cuentan con las herramientas suficientes para procesar toda esta avalancha de mensajes e impulsos que reciben por minuto».
El uso desmesurado de redes sociales y su impacto en la sociedad, especialmente entre la juventud, ha generado una creciente preocupación mundial. Gobiernos de diferentes países ya toman medidas para regular estas plataformas, impulsando debates que podrían transformar la manera en que operan y son utilizadas.
Australia ha dado un paso firme al aprobar un proyecto de ley que establece una edad mínima de 16 años para el uso de redes sociales. Esta normativa, que será aplicada de manera estricta y sin excepciones, incluye a jóvenes que ya estén registrados o que cuenten con autorización parental. Las plataformas serán responsables de garantizar su cumplimiento y podrían enfrentar multas millonarias en caso contrario.
Las preocupaciones sobre la protección de menores, la difusión de desinformación y la manipulación política están llevando a gobiernos de todo el mundo a replantear las reglas del juego, marcando un posible punto de inflexión en el ecosistema digital.
El modelo australiano, pionero a nivel mundial, ha generado interés en otros países. En el Reino Unido, el gobierno del laborista Keir Starmer ha admitido que evalúa medidas similares. «Todas las opciones están sobre la mesa», advierte.