Los alumnos de Bachillerato podrán pasar de 1º a 2º con un máximo de dos suspensos y obtener el título y presentarse a las pruebas de acceso a la universidad (EBAU) con una materia pendiente en determinadas condiciones, una etapa en la que se mantienen los exámenes de recuperación y que de modo excepcional se podrá cursar en tres años.
Esta es la novedad más llamativa que refleja el borrador de real decreto elaborado por el Ministerio de Educación que regula las enseñanzas mínimas de Bachillerato y que ha enviado a las comunidades autónomas para que realicen sus aportaciones, un documento que hace unos días se filtró a los medios de comunicación.
Las modificaciones introducidas en el currículo se implantarán para el primer curso en el curso 2022-2023 y para el segundo, en 2023-2024. La meta de la etapa no será «la mera adquisición de contenidos», sino aprender a utilizarlos para solucionar «necesidades encarnadas en la realidad», según explica el documento.
El texto afirma que para promocionar de primero a segundo curso se precisará haber superado las materias cursadas o tener evaluación negativa en dos materias, como máximo.
Pero, ¿qué piensan los profesores sobre estas modificaciones que contempla la enésima nueva ley educativa (LOMLOE)? El Diari ha hablado con los representantes del sector de la educación en la provincia de Tarragona,de tres sindicatos (USTEC, CCOO y UGT) y ha podido constatar que existen luces y sombras sobre el borrador del nuevo Bachillerato.
Para empezar, Marc March, de CCOO, explica que «estamos planteando algunas alegaciones a presentar sobre el borrador. Por ahora hemos conocido un titular, pero pocas cosas más. Habrá que leerse la letra pequeña».
Desde este sindicato tienen muy claro estar a favor «de una atención individualizada, pero para ello hay que invertir más dinero, bajar las ratios de alumnos por clase para evitar el fracaso escolar».
Y sobre la posibilidad de pasar de curso con una asignatura suspendida, March recuerda que «esto es algo que ahora ya está permitido. La diferencia que plantea este borrador es que se pueda obtener el título de Bachillerato con una asignatura suspendida. Nosotros no lo vemos claro, porque creemos que lo que en el fondo se busca es la cualificación, una titulación que permita bajar el porcentaje de fracaso escolar. Pero, por ahora, sobre este borrador poca cosa más se puede decir, porque es un globo sonda y habrá que esperar a ver cómo se aplica en cada comunidad autónoma».
Fracaso escolar
Por su parte, desde el sindicato USTEC coinciden bastante con la reflexión que hacen en CCOO. Su representante en la provincia de Tarragona, Laura Ferré, es muy crítica y asegura que «el hecho de que se pueda obtener el título de BAT y acceder a las pruebas de acceso a la universidad con una asignatura suspendida creemos que es una manera de enmascarar el fracaso escolar, en vez de invertir en ayudar a los alumnos a superar las materias, con reducción de las ratios de alumnos por clase, un aumento de las plantillas de maestros y profesores y la creación de planes pedagógicos. Es una medida para salir del paso».
Ferré va un poco más allá en su reflexión y añade que «si los alumnos pueden acceder a las pruebas de EBAU con una asignatura suspendida implicará que habrá una serie de carencias. Por ejemplo, la media para entrar a la universidad bajará porque tendrán una asignatura suspendida, por lo que será un caramelo envenenado. Si se reduce la nota, muchos no podrán acceder y limitará a los alumnos a conseguir unos mínimos a nivel curricular». Por eso, desde USTEC no están de acuerdo con este cambio «porque al final los que saldrán perjudicados serán los alumnos. Si un alumno, al que le cuesta más una asignatura concreta, sabe que puede pasar aunque no la apruebe, esto le puede perjudicar y no estaremos aplicando la cultura del esfuerzo».
En cambio, este sindicato ve bien que «el BAT se pueda hacer en tres años, porque tal vez hay alumnos que necesitan más tiempo. Eso sí, siempre que se pongan todos los recursos necesarios», sentencia Ferré.
En UGT, según comenta su representante en Tarragona, Agustí Candel, ven bien la nueva LOMLOE, aunque «falta por ver si se podrá aplicar, ya que estamos acostumbrados a que con los cambios de gobierno las leyes educativas cambien también».
Ante los números preocupantes sobre fracaso y abandono escolar (entre 4º de la ESO y BAT, la tasa de repetidores en España es del 7,9%), Candel cree que «la administración lo que ha hecho es revisar el sistema y concluye que la repetición no es la solución. Por eso, a través de esta nueva ley, intentar coger otros parámetros para evaluar».
Por eso, desde este sindicato explican que «el modelo competencial que defendemos desde UGT es que los alumnos, desde Primaria hasta la educación post-obligatoria, reciban una educación por competencias y el equipo docente les puedan orientar y no abandonen los estudios antes de hora».
Evaluación integral
Por último, la presidenta de las Associacions Federades de Famílies d’Alumnes de Catalunya (AFFAC), Belén Tascón, dice que «se ha hablado mucho del hecho de presentarse a las EBAU con una suspendida, pero para empezar habría que mirar cómo se hace la evaluación del alumnado, una evaluación que bajo nuestro punto de vista debería ser integral y adaptada a cada alumno».