La mejora de las conexiones que comportará la entrada en funcionamiento de este nuevo tramo de autovía abre unas nuevas perspectivas para el conjunto del territorio, pero especialmente para el municipio de Montblanc, que ve un nuevo contexto de oportunidad de cara a los próximos años. Así lo ponía en valor su alcalde, Oriol Pallissó, quien aseguraba que «es un buen momento para crecer de forma sostenible».
A la puesta en servicio del túnel del Coll de Lilla hay que sumarle la ampliación de la zona industrial, con un nuevo polígono logístico de 346.000 metros cuadrados. Este ya ha despertado el interés del grupo Bonpreu i Esclat, el cual ha anunciado una inversión de 50 millones de euros, que comportará la creación de unos 500 puestos de trabajo.
Al respecto, Pallissó afirmó que «deberemos ponernos las pilas en términos de vivienda». Y, aunque evitó hablar de nuevas promociones, sí que puso el acento en las 672 viviendas vacías que hay en el municipio y que podrían absorber una parte de la demanda que podría generarse.
El hecho de que todavía quede pendiente la conexión de la nueva autovía con la autopista hizo que ayer tanto el alcalde de Montblanc como la alcaldesa de Valls no pudieran mostrar una plena satisfacción. «Llegamos tarde y mal. Es un problema muy gordo acabar una obra como esta con un cuello de botella como el de la C-14, donde sabemos perfectamente que los domingos de agosto son terribles. Ahora tendremos la C-14 y la A-27, por tanto el caos se mantendrá otros tres años», decía Pallissó.
Por su parte, la máxima representante de la capital del Alt Camp, Dolors Farré, destacaba que esta es una infraestructura que comportará un impulso para el polígono industrial. «Muchas empresas miran mucho la conexión que tienen con las vías más importantes. Será muy bueno para la ciudad», decía.
Farré recordó que Valls ha estado esperando su puesta en funcionamiento durante «30 años», y que fue gracias a la «presión» de los exalcaldes Albert Batet y Josep Andreu que se «reiniciaron» las obras, después de que estas se pararon en el año 2009.
En cuanto al paso de las mercancías peligrosas y al estudio de alternativas que se pide desde el tejido empresarial para garantizar un enlace con la AP-2, la edil vallense afirmó: «Cuando veamos los mapas podremos opinar y diremos lo que tengamos que decir». Una de las propuestas que se estudiará hace referencia a un enlace desde Masmolets, pasando por el polígono industrial de Valls y que llega al Pla de Santa Maria a través de la C-37. De esta forma podría garantizarse un enlace con la autopista.