Es un banco rojo en la ciudad. Para sentarse, por su condición de banco. Pero sobre todo para tener presente la lacra de la violencia machista.
L’Arboç ha colocado en su calle Major, muy céntrica, ese banco rojo. Una acción similar a la que han realizado otros 750 municipios de distintas partes del mundo. Para denunciar la violencia machista y los feminicidios.
Es un símbolo, pero también debería ser un compromiso de las administraciones más allá que el de colocar mobiliario en las calle que queden en gestos.

En el banco luce la frase «En memoria de todas las mujeres asesinadas por quienes decían amarlas».
El rojo del banco también es simbólico de la sangre y dolor que genera cada feminicidio. Por eso al sentarse debe servir de concienciación.
La iniciativa fue una propuesta del grupo municipal CLAM-AM para recordar la necesidad de la lucha contra todas las violencias. El origen del gesto del banco rojo surgió en Ciudad Juárez, la localidad mexicana que sufre la violencia contra las mujeres. Desde que hay registros han sido 2.400 mujeres asesinadas y más de 300 las desaparecidas.
En Ciudad Juárez la iniciativa comenzó con el símbolo de los zapatos rojos que representan la ausencia de las víctimas. la sangre derramada y el amor de las familias por sus hijas o hermanas asesinadas.