Que sí, que a los vecinos de Bonastre les gusta ir a PortAventura. Y disfrutar del Halloween en el parque. Pero también le dan calabazas. Miles de calabazas cada año y desde hace 15 ya. Hasta 15.000 de esas cucurbitáceas envían anualmente para la fiesta.
Porque todas las calabazas que decoran PortAventura durante su célebre Halloween se cultivan en una finca de Bonastre. La de Magí Pié, un agricultor que se inició en el campo hace cinco años cogiendo el relevo de su padre.
Pié se formó en diseño, pero ya se dedicaba a comercializar los productos de la finca familiar Cal Pié que principalmente produce unos tomates muy apreciados en los mercados de Barcelona. Hace cinco años Magí Pié tomó las riendas.
De un viaje a Francia
La familia ya tenía experiencia con las calabazas. Con Magí Pié padre y un viaje a Francia. Allí vio una calabazas decorativas de pequeño tamaño en una caja e importó la idea que fue todo un éxito. Y una cosa llevó a la otra.
En la finca de Bonastre se han cultivado diversas variedades de calabazas. Entre comestibles y decorativas hay una treintena. Y la fama de las calabazas de Bonastre llegó a PortAventura que plantearon a Pié poder encargarles miles cada año.
Y comenzó la aventura. Primero porque Pié tuvo que hacer un curso para obtener la certificación de Proveedor Sostenible del Pacto Mundial. Una exigencia que garantiza un cultivo respetuoso con el medio y con la propia planta.
Las preferidas
No todas las variedades de calabaza sirven para Halloween. Para la tradición de decorar la pieza en la época de los difuntos son mejores la Jack be Little que se caracteriza por sus numerosas costillas y especialmente la Jack o’ Lantern.
Las dos se pueden comer, pero no son las preferidas en el mercado ya que tienen poca pulpa, están muy huecas por dentro y no son tan sabrosas. Principalmente son decorativas además porque no son de un tamaño muy grande.
En el campo en el que Pié cultiva las calabazas ahora crecen coliflores para una rotación que favorezca la tierra. Pero después de las coliflores volverán las calabazas.
Durante los días de la fiesta de Halloween en PortAventrura muchas de las calabazas de decoración se las llevan los visitantes. El resto Magí Pié las recupera y se las da a un pastor para que las coman las cabras. Por ello, las calabazas de Halloween de Cal Magí salen de la tierra y volverán a la tierra. «Es la sostenibilidad».
Ahora tocará esperar al próximo Halloween para que la finca de Bonastre vuelva a producir las calabazas que decorar abriendo agujeros en forma de ojos y boca. Una tradición ya imparable.
El origen: La linterna de Jack o’Lantern
Decorar una calabaza para rendir a los muertos que regresaban a sus hogares cuando llegaban los días más fríos y con ellos también brujas, duendes y elfos para acosar a quienes les habían hecho daño en vida tiene su historia. El cristianismo adoptó esa creencia pagana y la llevó a la víspera de Todos los Santos, en inglés All Hallows Eve, que se contrae como Halloween. En Irlanda se hacían lámparas con nabos tallados en alusión a la leyenda de Jack o’Lantern, que tras un fallido pacto con el diablo estuvo condenado a rondar la noche con un trozo de carbón incandescente dentro de un nabo con agujeros. Los inmigrantes irlandeses llegados a Estados Unidos en el XIX encontraron un fruto más fácil de tallar: la calabaza. Se cosecha en EUA entrado el otoño.