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«A mi hermana se la tragó la tierra el 21 de julio»

La familia de Mónica La Vasca, de Valls, denuncia su desaparición, tras cuatro meses sin saber nada de ella. La última pista fue su paradero en La Morera del Montsant.

15 noviembre 2022 17:53 | Actualizado a 15 noviembre 2022 17:57
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«A mi hermana se la tragó la tierra el 21 de julio. Es imposible que se haya ido por voluntad propia». Estas son las palabras de María Jesús, la hermana de Mónica de la Llana, conocida por sus allegados como Mónica la Vasca. La mujer, que desapareció hace cuatro meses, fue vista por última vez en La Morera de Montsant, un pequeño pueblo del Priorat. El que en ese momento era su «medio novio», explicó en un interrogatorio que pasó la mañana con Mónica y que la acompañó a la parada de autobús. Ese día, la protagonista de esta historia había quedado con una amiga en Reus para comer. Pero nunca llegó.

Mónica tiene 45 años, es una amante de la música electrónica y, en el momento de su desaparición, no tenía ni vivienda ni trabajo estable. Pasaba largas temporadas conviviendo con su madre y su hijo de 22 años, en la casa familiar, en Valls. Otros días dormía en casa de amigos, «que tenía muchos», según explica su hermana. Mónica trabajaba de manera eventual como camarera.

El calvario de esta familia empezó el pasado 21 de julio. La madre de Mónica le mandaba un mensaje a su hija explicándole que la operaban. No tuvo respuesta, cosa que le extrañó mucho. «No denunciamos enseguida porque era habitual que mi hermana se fuera de casa cuatro o cinco días. En un primer momento pensamos que volvería enseguida», explica María Jesús.

Empezaron a preocuparse cuando, a principios de agosto, una amiga le enseñó a María Jesús cómo ver en WhatsApp el último día que se había conectado Mónica. La fecha era 21 de julio. «Aquí ya vi que pasaba algo. Mi hermana es muy activa en redes sociales. Todo el rato está con el WhatsApp. Además, no colgaba nada en Facebook desde el 18 de julio», explica. El día 10 de agosto, la familia de Mónica denunciaba su desaparición a los Mossos d’Esquadra.

La policía abrió enseguida una investigación y llamó a interrogar al entorno de Mónica. Sobre todo a los amigos y a las últimas parejas que había tenido.

Según explica la familia, el “medio novio” de Mónica habría declarado que estuvo toda la mañana del día 21 de julio con ella en La Morera del Montsant, donde él vive. A las dos del mediodía, la acompañó a la parada de autobús –no ha trascendido cuál– porque Mónica había quedado con una amiga para comer en Reus.

Por su lado, la amiga en cuestión asegura que dos días antes de la desaparición, el día 19 de julio, Mónica le mandó un mensaje diciéndole que «la llevarían en coche hasta Reus», ya que ella no disponía en ese momento de vehículo, porque estaba averiado. «La amiga le envió WhatsApps y la llamó, pero Mónica ya no contestaba», explica María Jesús.

Sin casi esperanza

La familia está convencida de que a Mónica le ha pasado alguna cosa. «Tanto nosotros como la policía descartamos que se trate de una desaparición voluntaria», explica la hermana. La razones de su convencimiento es que, durante estos cuatro meses, no ha habido ningún movimiento bancario en su tarjeta. Además, Mónica necesita el Ventolin para el asma que sufre y medicación por una arritmia que le diagnosticaron hace poco. «Tampoco hay movimientos en su tarjeta sanitaria», explica la hermana, quien añade que «Mónica tenía planes. Ese fin de semana trabajaba, por ejemplo».

La familia está en un sinvivir. «Mi sobrino –el hijo de Mónica– no sale ni de su habitación, pensando qué le habrá pasado a su madre. No sabemos qué hacer. Estamos perdiendo la esperanza de encontrarla», explica María Jesús. Mónica mide 1,70 cm, es delgada, morena, tiene el pelo largo con un lado rapado y ojos medio marrones, medio verdes. Como característica, tiene una cicatriz en el labio. La familia pide desesperadamente la colaboración ciudadana para encontrarla.

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