Rosa Peral, la estrella mediática de la cárcel de Tarragona

Rosa Peral es actualmente una de las 40 mujeres que están encarceladas en el Centro Penitenciario de Mas d’Enric, en El Catllar. Cumplirá casi mil días seguidos en la cárcel de Tarragona dentro de pocas semanas, casi la mitad de los seis años de la condena (ya cumplida) de los 25 años que le cayeron por el asesinato de Pedro Rodríguez, su novio, el 1 de mayo de 2017.

Peral necesita ya poca presentación tras el estreno de la serie El Cuerpo en Llamas y el documental Las Cintas de Rosa Peral, ambos en la plataforma Netflix el pasado día 8 de septiembre.

Su estreno ha disparado de nuevo el interés mediático de un crimen que salpicó a la Guàrdia Urbana de Barcelona en 2017, el cuerpo de seguridad a la que pertenecían la víctima, Pedro, y los dos condenados: Albert López y la propia Rosa Peral.

La exagente de la Guàrdia Urbana de Barcelona ha vuelto al primer plano informativo tras la serie de ficción que se basa en el libro del periodista de La Vanguardia Toni Muñoz, uno de los comunicadores más expertos en este caso.

Y lo ha hecho desde el teléfono de Mas d’Enric, donde ha hablado con la productora de la serie para repetir nuevamente su versión de los hechos y de la que se considera víctima de un “linchamiento” desde su detención. Peral habla de unos hechos de los que ella se considera inocente sin aportar ninguna prueba que la exonere de la sentencia que la ha condenado a 25 años de cárcel.

La exagente que actualmente tiene 42 años, muestra en la ficción –interpretada por Úrsula Corberó- y en el documental (habla desde el centro penitenciario tarraconense) su personalidad. Un carácter y una capacidad de persuasión, que a lo largo de los más de seis años entre rejas ha ido manteniendo en los centros por donde ha pasado.

Esta manipulación y capacidad de convencimiento son armas que sigue utilizando para desmarcarse del asesinato perpetrado el 1 de mayo de 2017. Se ha visto envuelta en alguna pelea en los primeros años entre rejas, pero no es una presa conflictiva en este aspecto, hablan gente que la ha tratado en estos seis primeros años de condena.

En algunas publicaciones sus compañeras de módulo hablaron de ella: desde que había confesado el crimen (versión de dudosa credibilidad) hasta que había contratado a un sicario para terminar con la vida de su ex marido, Rubén, el agente de los Mossos con los que contrajo matrimonio y el padre de sus dos hijas.

El ‘Crimen de la Guardia Urbana’, apodo que ha perdurado en el tiempo, terminó con la condena de Rosa y de su amante, Albert López por asesinato. 25 y 20 años de prisión respectivamente. Él es tan culpable como ella, pero el personaje femenino es el que ha captado todos los focos de la actualidad. Aunque la implicación de Albert López está demostrada, la historia de Netflix se basa en Rosa Peral, la estrella mediática que también ha tenido sus episodios en intramuros.

Ingresó el 16 de mayo de 2017. Ha estado en Wad-Ras (Barcelona), Brians 1 (Sant Esteve de Ses Rovires), y Mas d’Enric (El Catllar). También fue víctima de la Covid y estuvo ingresada en el pabellón hospitalario penitenciario de Terrassa tres semanas en 2020. En la quinta etapa en la cárcel de Tarragona, desde febrero de 2021, ya lleva casi mil días en el módulo de mujeres del centro, casi la mitad de los seis años que lleva cumpliendo condena.

Desde el teléfono de la cárcel de Tarragona, Rosa Peral ha narrado nuevamente su versión del Crimen de la Guàrdia Urbana. Y precisamente, estas entrevistas le han ocasionado que el Departament de Justícia le haya abierto un expediente disciplinario, por las entrevistas telefónicas que ha concedido para el documental emitido por Netflix (complementario a la serie de ficción).

Justicia estudia si sanciona a la reclusa del módulo de mujeres de Mas d’Enric por un mal uso del régimen interno de comunicaciones que supone una falta grave.