Después de un curso introductorio en el Seminari Pontifici de Tarragona, Armand Puig i Tàrrech (1953) continuó su carrera en Barcelona, Roma y Jerusalén. Sus conocimientos le han llevado a ser profesor de diferentes facultades de teología y a escribir más de 50 libros.
- ¿Cómo entendía la religión usted de pequeño?
- La entendía como la puede entender cualquier niño pequeño. Es decir, de una manera fácil, bonita y un poco ingenua, porque tenía la ilusión de ser capellán.
- ¿Cómo recuerda su estancia en Roma?
- Mucha pasta y pizza. Es una ciudad muy cosmopolita, en el sentido que el catolicismo respira plenamente, es la prueba de que la iglesia no tiene confines, que no tiene límites, que no tiene razas.
- De ahí fue a Jerusalén…
- Sí, yo tenía 25 años. Éramos un grupo de 17 personas de diez países diferentes. Vivir durante 6 meses personas de los cuatro continentes fue una experiencia realmente espléndida. En momentos así, ves la diversidad pero, a la vez, la unidad.
- ¿Qué es lo que más le gusta de la docencia?
- La creatividad. Nunca podrás dar una clase igual que otra. Procuro que las clases sean diferentes porque no consiste solo en leer un texto, se trata de saber interpretar y reformular.
- ¿Cómo han evolucionado las facultades de teología?
- En las facultades de entonces, la filosofía tenía una gran influencia. Actualmente, han aparecido nuevas parejas de baile como las ciencias, el arte y las otras religiones. Antes era una teología europea, ahora debe ser una teología global.
- ¿Y los métodos de aprendizaje?
- Antes el móvil no existía y el aprendizaje estaba menos fragmentado. Ahora los conocimientos se fragmentan porque la vida, en general, también se ha fragmentado. Todo es muy rápido y muy corto.
- ¿Cree que las nuevas tecnologías son una buena herramienta?
- Todo es bueno cuando el objetivo es bueno. Un cuchillo puede cortar pan pero también hacer mucho daño. Las nuevas tecnologías son un elemento formidable de comunicación.
- ¿Cuáles son las principales acciones de la Comunitat de Sant’Egidio?
- El primer servicio que pusimos en marcha fue la Escola de la Pau, donde, dos días a la semana enseñamos a infantes del barrio de Campclar valores como el trabajo en equipo, el respeto por las opiniones ajenas y la empatía. También, desde el 2003, ofrecemos todos los viernes una cena caliente a las personas sin hogar.
- ¿Habrá algún acto especial para estas fechas?
- Esta temporada volvemos a preparar, en la parroquia de la Trinidad, una comida de Navidad para todas aquellas personas que se encuentran en situaciones difíciles, ya sea porque no tienen un hogar o porque viven en un estado precario.
- ¿Por qué es tan importante esta iniciativa?
- En estas fechas se suele decir: ‘cada oveja en su corral’, pero ¿qué pasa cuando no tienes corral? Se tienen que crear espacios de afecto y estima, debemos hacer todo lo posible por ayudar al prójimo.
- ¿Cómo puede colaborar la ciudadanía?
- Estas, como todas,deben ser unas Navidades hacia fuera. Los interesados pueden aportar comida, regalos, donativos o venir a servir la comida con nosotros.
- ¿Qué opina de la acogida de refugiados?
- Jesús no muere en su casa, él nace en Belén, vive en Nazaret y muere en Jerusalén. Los cristianos son gente que, tanto espiritualmente como geográficamente, no tienen una dirección fija. Los refugiados son inmigrantes forzados y por tanto, una persona que vive lejos de su hogar y está en una situación tan complicada requiere nuestra atención. El mundo es de todos y por eso mismo necesita la respuesta de todos.
- Sin embargo, está resultando ser un tema muy polémico...
- Esto es un problema grave porque en Occidente la ciudadanía tiene una doble moral. Por un lado todos decimos ‘no a la guerra’ y por el otro, ganamos dinero enviando armas. Aquí hay un debate de fondo que es muy importante.
- ¿Qué papel juega el cristianismo? - Fundamentalmente, y si actúa como debe hacerlo, el cristianismo debe prestar atención a los problemas que más lo necesitan, es una sensibilidad que nos impide quedarnos quietos ante según qué situaciones.
- Aun así, ¿por qué las religiones pueden ser un punto de confrontación?
- Porque la persona humana no es perfecta e incluso la cosa más bonita de este mundo puede ser pervertida. Se justifican muchas barbaridades con el nombre de Dios. A veces, pensar en uno, el amor propio se convierte en el odio del otro. Por eso el cristianismo no consiste en el amor personal, sino en salir de uno mismo.
- ¿Cuál es el papel de la mujer según el cristianismo?
- Yo creo que la inventora de la igualdad entre hombre y mujer es la religión judeocristiana. En el libro del Génesis, Adam le dice a Eva: «Esta es hueso de mis huesos, carne de mi carne». Esto significa que reconoce a Eva como un igual ante él. La palabra de Dios, a veces, está ahí pero no la sabemos leer.
- Todavía queda un largo camino hacia la igualdad...
- Cada generación debe trabajar para construir un mundo por el progreso. Más allá de las cosas materiales y la tecnología, es imprescindible progresar en el espíritu porque si no se pueden volver a cometer los mismos errores.