La convocatoria 2024 de plazas de médico interno residente (MIR) ofrece, en los centros de la provincia de Tarragona, un total de 124. Contabilizando también las titulaciones de Biología (2), Enfermería (29), Farmacia (2), Física (1) y Psicología (4), las plazas de formación sanitaria especializadas ascienden a 162. Resultan solo una menos que las 163 que están acreditadas, tal como recoge la publicación del Ministerio de Sanidad en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En cuanto a Medicina, la especialidad de Medicina Familiar, con 52, es la que más plazas acumula. También destacan, aunque a gran distancia, Medicina Interna, con 8; Anestesiología y reanimación, que abre 7; o Medicina Intensiva, con 5.
En el conjunto de Catalunya, las plazas MIR son unas 1.390 y suman 1.878 al añadir el resto de titulaciones. Y en España la cifra se queda en 8.772 puestos para los MIR y hasta 11.607 en el cómputo global. El examen lo ha fijado el Ministerio de Sanidad para el próximo 20 de enero. Los aspirantes atraviesan ahora el periodo de solicitud del derecho de acceso a la prueba.
Consultada sobre la convocatoria, la decana de la Facultat de Medicina de la URV, Fàtima Sabench, explica que del centro saldrán en esta ocasión unos 120 alumnos, «de los cuales hay 4 o 5 que se irán al extranjero y no harán el examen». El resto, en estos momentos, «están estudiando, absolutamente centrados en prepararse, la mayoría de ellos al ritmo de las diferentes academias que hay y siguiendo un programa concreto».
Sobre los caminos que esperan tomar estos médicos, «el lugar a donde vayan dependerá un poco de si priorizan la especialidad preferida o estar en un determinado lugar geográfico».
Un volumen importante de estudiantes que se matriculan en esta formación provienen de fuera de la demarcación –casi tres cuartas partes llegan desde otras comunidades autónomas– y «los hay que, cuando acaban, regresan a casa; pero también hay otros que no», apunta Sabench.
En cuanto al examen, que fija la puntuación de los aspirantes y los ordena, «no deja de ser sobre conocimientos teóricos y no plasma las habilidades que puedan tener como médicos, su profesionalismo, la ética o el manejo con las familias y con el paciente, que son cuestiones muy importantes».
La decana indica que «cada vez hay más preguntas que tocan estos temas, porque son relevantes más allá de lo que uno puede encontrar en los libros. Se intenta virar hacia aptitudes de este tipo». La prueba «es objetiva, y así debe ser, pero deja muchas cosas de lado y aptitudes personales a tener en cuenta».
Hospitales robustos
Pero, ¿beneficia al territorio que sus centros sanitarios dispongan de plazas de MIR? Sabench señala que «es muy importante que las haya porque eso quiere decir que los hospitales cumplen con las capacidades para poder formar a estos especialistas, que se ajustan a todos los itinerarios que requiere el BOE para hacerlo».
«El hecho de tener hospitales universitarios de pregrado o de posgrado», prosigue la decana de Medicina de la URV, «hace que, de manera indirecta, exista una inercia a mantenerse al día, a potenciar aspectos de tanto peso como lo puede ser la investigación, y que muchos profesionales también estén vinculados a la universidad».
Y es que «los alumnos espolean y hacen preguntas, y generan una corriente en el centro con el componente de la formación». «Hay que tener en cuenta que la Medicina es un posgrado que dura toda la vida, toda la carrera», señala Sabench.
La preparación del examen MIR exige un esfuerzo extra a estos nuevos doctores, que se juegan su futuro más inmediato en el test. Preguntada al respecto, la decana brinda un consejo a los aspirantes. «Lo que les sugiero es que mantengan una rutina estable, unos hábitos saludables, que descansen de forma regular algún día a la semana y que piensen que han recibido una formación muy buena y que les va a ir bien. Que hagan deporte, que sigan unos horarios».
«Están preparados y lo único que tienen que hacer hasta el 20 de enero es seguir cogiendo fondo y resistencia para llegar al examen bien y con aguante», concluye.