Coincidiendo con el 75 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, El Círcol citó este 7 de mayo a Joseba Azkarraga, exconsejero del Gobierno Vasco en la etapa de Ibarretxe y portavoz de Sare, red de defensa de los derechos humanos de los presos y presas vascos; y Carles McCragh, decano emérito del Col·legi de l’Advocacia (ICA) de Girona y expresidente del Consell de l’Advocacia Catalana.
La mesa redonda 75 años de reivindicaciones sirvió a los expertos para abrir diálogo sobre estos principios universales, su situación general en el mundo y también su «futuro en riesgo», el «reto de elevarlos a la práctica» o su «dinamismo», en el sentido de que deberán ir recogiendo aspectos más novedosos como «el derecho al olvido».
Azkarraga arrancó tajante. «Si quienes redactaron los Derechos Humanos hace 75 años hubiesen llegado a saber que nos los íbamos a cargar como lo estamos haciendo, seguramente habrían desistido».
«Es muy preocupante», añadió, y señaló que «vivimos en un mundo en conflicto y en guerras permanentes –Gaza, Ucrania...–, donde quienes pierden siempre son los más débiles, los pobres, y vemos cómo los Estados hacen muy poco en la defensa de los derechos que afectan a los ciudadanos».
McCragh fue «un poco más optimista». Su planteamiento, «intentar mirar hacia adelante» porque «75 años atrás había muchas cosas que no podíamos saber que tendríamos» y «la situación sí es preocupante, pero más preocupante sería no haber pensado antes en los derechos humanos y no haber puesto esa semilla de esperanza y de dignidad que son».
«La Declaración es un espejo que siempre está empañado. Pero, sin ella, ¿dónde nos estaríamos mirando?», se preguntó. A partir de aquí, «todos nosotros debemos difundir los derechos», dijo.
«La confrontación entre el concepto de libertad y el de seguridad, en la que siempre prima la seguridad», fue otra cuestión que puso sobre la mesa Azkarraga.
Y el decano emérito del ICA de Girona llamó a «fijarse en las víctimas, en las mujeres, los inmigrantes o los niños, en cuyos derechos humanos hay que trabajar, ver la manera de no lesionarlos y poner la libertad y el bienestar de esta gente por encima del Estado y de la seguridad».
«Los tres poderes del Estado son los que tienen en sus manos la capacidad de defender los derechos humanos y también de vulnerarlos», precisó el portavoz de Sare.
Si bien Azkarraga señaló la importancia de «cambiar el chip que tenemos de preocuparnos por lo lejano para olvidar así lo cercano», McCragh incidió en que «la guerra en Gaza, por ejemplo, ha hecho que mucha gente se conciencie».
«Eso pasa a veces», replicó Azkarraga, que recordó la gran cobertura mediática de la desaparición del sumergible Titán «con tres o cuatro multimillonarios a bordo, justamente cuando en el Mediterráneo se hundían algunas pateras con cerca de 400 fallecidos que no abrían el informativo».
País Vasco y Catalunya
Sobre el País Vasco, Azkarraga opinó que «hace falta un acuerdo de mínimos para lograr un consenso a favor de todas las víctimas de la violencia y una solución justa a la situación de los presos vascos que, pese a haber superado sus condenas, siguen sujetos a leyes hechas ad hoc».
Y de Catalunya, afirmó que «quienes pusieron las urnas para que la ciudadanía votase no dieron ningún golpe de Estado. Ejercieron y defendieron la democracia».