Reflexiones sobre Ucrania y Europa

En la mayor crisis, en la mayor amenaza a la que se ha enfrentado Europa desde la Segunda Guerra Mundial, la conciencia europea está despertando, el sueño europeo está recuperando fuerza y poder

25 marzo 2022 06:20 | Actualizado a 25 marzo 2022 09:46
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Hasta hace poco, Europa era un término menospreciado, era sinónimo de una sucesión de crisis: hubo crisis financiera y de la deuda, hubo crisis griega, crisis del euro, crisis de los refugiados. Hubo crisis de salida cuando Gran Bretaña abandonó la Unión Europea; hubo crisis del Estado de Derecho en la disputa con Polonia y Hungría, hubo crisis de integración, hubo, en general, una crisis europea de sentido. 

El sueño de Europa, al parecer, se había convertido en una pesadilla; algo mas bien triste y que a duras penas entusiasmaba. Muchos ciudadanos de la Unión veían a la UE como una comunidad útil para los negocios y la industria financiera, pero no como la comunidad que da cobijo a todos los europeos y que despierta en ellos una motivación intrínseca.

¿Cómo se gestiona esto en el presente? ¿Avanza Europa si la Unión Europea admite rápidamente a Ucrania en su seno, aunque el país no cumpla en absoluto los criterios de admisión? ¿Es la lástima un motivo o criterio de admisión?

La guerra de Putin contra Ucrania lo ha cambiado todo. Esta guerra es una auténtica pesadilla y ha hecho renacer el sueño europeo. En la mayor crisis, en la mayor amenaza a la que se ha enfrentado Europa desde la Segunda Guerra Mundial, la conciencia europea está despertando, el sueño europeo está recuperando fuerza y poder.
La historia de la unificación europea tras la Segunda Guerra Mundial es la historia de una empresa espectacular: la cuadratura del círculo destruido. Es la «historia de dar sentido a lo insensato»; éste es el título de la obra del injustamente olvidado filósofo alemán Karl-Theodor Lessing (1872-1933), que fue fusilado por los asesinos nazis en Marienbad. La UE se supone que es, o digamos quiere ser, una potencia de paz; es el sentido último de una historia europea confusa y bélica. ¿Cómo se gestiona esto en el presente? ¿Avanza Europa si la Unión Europea admite rápidamente a Ucrania en su seno, aunque el país no cumpla en absoluto los criterios de admisión? ¿Es la lástima un motivo o criterio de admisión? ¿Qué se puede hacer?

El presidente ucraniano Volodimir Zelensky, me recuerda la legendaria batalla de David contra el gigante Goliat en este caso gigante ruso. Zelensky intenta dar esperanza a su país con energía interior, valentía y carisma. Cuando en este contexto hablo de la esperanza pienso en una frase de Václav Havel (1936-2011), que fue encarcelado repetidamente como disidente contra el régimen comunista y que más tarde se convirtió en el primer presidente de la República Checa libre. Havel dijo: «Cuanto más desfavorable es la situación en la que mantenemos nuestra esperanza, más profunda se torna esta. La esperanza es algo muy distinto del optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien. La esperanza es la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte».

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