Joe Biden recuerda que su madre les decía cuando eran pequeños: «Nadie es mejor que vosotros», y añadía: «Y vosotros no sois mejores que nadie».
Es una regla sencilla que aplicada a nuestra sociedad, y en concreto a las relaciones entre los líderes políticos, contribuiría a serenar los ánimos por la vía del respeto a otros, eliminando la frecuencia con que se lanzan insultos y desprecios.
Sería útil para el diálogo entre fuerzas contrarias. Si en vez de ello se trazan líneas rojas previas, se descartan alianzas, se niegan diálogos y negociaciones, es posible que los resultados electorales acaben en un Govern imposible y se necesiten nuevas elecciones. Tenemos un país complicado, pero no somos ajenos a ello. Podríamos ser más felices.