Tarragona no tiene una buena relación con el tren. Y eso que cada día miles de ciudadanos de estas comarcas utilizan este medio de transporte. Tantos, que han convertido el tramo Tarragona-Barcelona en el más transitado de todo el Estado.
Sin embargo, esto no ha servido para contar con un servicio digno, puntual ni fiable. De hecho, han pasado los años y, a pesar de los avances que se han dado en otros ámbitos, un viaje de Tarragona a Barcelona no solo no dura menos, sino que requiere más tiempo. Insólito.
Trenes viejos, vagones a rebosar donde muchos usuarios viajan de pie o sentados en el suelo, pocas frecuencias en las horas de mayor demanda, retrasos que impiden llegar a tiempo al trabajo o a los estudios, averías continuas que hacen de cada viaje una aventura... Por si fuera poco, en este territorio se da la paradoja de que las mercancías, algunas de ellas peligrosas, circulan por la vía de la costa, es decir, por las localidades más pobladas, con el riesgo y el ruido que ello conlleva, mientras los pasajeros de larga distancia se ven obligados a desplazarse a una estación que queda en un descampado con apenas servicios y donde los vehículos son víctimas del vandalismo y los ladrones.
Hay un aparente consenso, pero no acaba de entenderse muy bien que este acuerdo no se traduzca en hechos y en inversiones tangibles
Como cada vez que se aproximan unas elecciones, el tema sale a la palestra. Lo volvió a hacer ayer, con un debate en la sede del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona, donde una vez más se puso sobre la mesa el aparente consenso que existe entre todos los partidos para que las mercancías circulen por el interior y sobre la necesidad imperiosa de mejorar el servicio a los usuarios que utilizan el tren para desplazarse a Barcelona o entre diferentes localidades del territorio.
Lo que no acaba de entenderse muy bien es que este consenso no se traduzca en hechos y en inversiones tangibles que pongan solución a semejante desbarajuste con la celeridad que la ciudadanía y los usuarios del tren necesitan. Porque los tarraconenses merecen un servicio mejor, un servicio digno, puntual y eficiente.