Cuando Harlan Coben firmó en 2018 con Netflix un contrato por cinco años para adaptar catorce de sus novelas a la pequeña pantalla sabía lo que hacía. Sus libros son perfectos para quedarte enganchado leyendo página tras página.
Son los típicos que coges para leer quince minutos y sin darte cuenta ya han pasado más de dos horas. Esto llevado al streaming se traduce en que es un material ideal para ver del tirón porque el ansia de saber qué viene a continuación te tiene en vilo.
‘Engaños’, a poco de su estreno, se ubica entre lo más visto de Netflix en este comienzo de año
Engaños es el título de la nueva serie original de Netflix. Británica, está creada por el propio Harlan Coben y basada en su libro homónimo. La ficción narra la historia de Maya Stern (Michelle Keegan), una exmilitar que acaba de perder a su marido Joe (Richard Armitage) tras un trágico suceso.
Ahora trata de sobrellevar su nueva situación junto a su hija pequeña. Pero todo da un vuelco cuando en una de las cámaras de vigilancia de la pequeña, ve a su difunto marido. A partir de este momento, Maya trata de hacer lo posible por averiguar si realmente está muerto y qué hay detrás de su posible desaparición.
Mil y un giros
La característica principal de la obra de Coben son los giros argumentales y las vueltas de tuerca inverosímiles y Engaños es buena muestra de ello. A lo largo de los ocho capítulos que conforman esta miniserie vamos a ir desentrañando situaciones de la mano de una Maya que, al igual que el espectador, duda de todo y de todos e intenta mantener la cordura para descubrir la verdad.
En las novelas de Coben no todo es creíble. Es decir, siempre hay una decisión que parece un disparate o inverosímil. Por ejemplo, y sin intención de hacer spoilers, la torpeza en las escenas de seguimiento, viniendo de alguien con experiencia militar como Maya. Engaños falla bastante en la puesta en escena. Su elenco parece sacado de una película de tarde y el diseño de los escenarios deja mucho que desear.
Recursos innecesarios
Las continuos flashbacks para recordar al espectador de dónde viene la situación en la que se encuentra en ese momento son redundantes. Da la sensación de que tratan al público de torpe, de tal manera que si no se lo das todo masticado no va a entender la trama y, vamos a ver, que tampoco estamos hablando de una obra de una profundidad filosófica brutal. Innecesarios totalmente.
Pero dicho todo esto, y aunque parezca contradictorio, la fórmula funciona. ¿Por qué? Misterios de la vida. Engaños te tiene enganchado de principio a fin. Tramas que durante toda la serie consideras superfluas, hacia el final toman una importancia vital. Y ahí es donde tiene su punto fuerte. Sorprende al espectador continuamente. El final no lo vi venir y tengo que reconocer que me dejó boquiabierta.
Harlan Coben ha renovado su contrato con Netflix para cuatro años más. Bienvenido sea.
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