Ana Punset reseña ‘Las hermanas del invierno’ de Jolan C. Bertrand

23 abril 2024 16:38 | Actualizado a 25 abril 2024 13:27
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Alguien está robando un montón de objetos valiosos y personales a los habitantes de la aldea vikinga de Bruma. Todos creen que se trata de los troles, por lo que Ragnar se ofrece a ir a buscarlos y exigirles que se los devuelvan.

Sin embargo, es una hazaña peligrosa, pues Bruma está viviendo un invierno helador, el mismo desde hace 15 años, cuando desapareció la Pequeña, la hermana que provocaba los inviernos más dulces. Desde entonces, su hermana mayor, la Grande, la busca feroz soplando frío y nieve sin compasión a través de su llanto, afectando de manera inevitable a los ánimos de todos. La vidente de la aldea le insinúa al sobrino de Ragnar, Alfred, que si nadie acompaña a Ragnar en su travesía, no volverán a verlo, así que el chico no duda en seguir a su tío cuando este se adentra en el bosque boreal.

$!Ana Punset reseña ‘Las hermanas del invierno’ de Jolan C. Bertrand

Las hermanas del invierno
Autor: Jolan C. Bertrand, Tristan Gion (Ilustrador)
Editorial: Errata Naturae, 2024

Mediante la narrativa ágil pero llena de detalles de Jolan C. Bertrand, el lector sigue a Alfred a través de esos bosques llenos de magia, sintiendo el frío y el miedo que le sacuden. Además del folclore escandinavo, la filosofía del pueblo indígena sami se cuela a través de las páginas. Las Hermanas Invierno humanizan el frío y explican su poder mediante su carácter. La Pequeña es una niña con un tocado que va montada en un reno blanco.

La Grande es una gigante de larga melena rubia que busca consuelo porque cree que su hermana la ha abandonado. Y entre medias, la mitología nórdica, con Loki haciendo travesuras que se le van de las manos, poniendo así en peligro el equilibrio y la convivencia entre las distintas partes. Será el mismísimo Alfred quien enseñe al dios más travieso que las bromas son para hacer reír a los demás, no para causarles sufrimiento.

Las ilustraciones de Tristan Gion dan vida a la historia, entre los colores sombríos de un país con muy pocas horas de luz durante el invierno, con ese trazo recto y poligonal que cuadra tan bien con la dura imagen vikinga. Las originales composiciones conjugan los hechos con destreza, como cuando las fauces de la zorra enmarcan a Alfred hechizado, mitad zorro, mitad humano. Las manos maestras de ambos artistas lograron que este libro ganase el Premio Librerías de Quebec 2023.

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