Uno de los aspectos que busca atajar la nueva ordenanza de civismo y convivencia de Vila-seca, que actualmente se encuentra en exposición pública a la espera de su aprobación definitiva, es el problema de los vertidos de escombros en caminos y terrenos rurales. El Ayuntamiento ha endurecido las sanciones para este tipo de infracciones, con multas que pueden ascender hasta los 30.000 euros, y próximamente se dotará de una serie de material para poner freno al problema.
En los últimos días, el consistorio ya ha instalado ocho señales verticales en accesos a caminos rurales, advirtiendo de la prohibición de arrojar escombros. En los próximos días, además, aprobará la adquisición de una serie de material, consistente en cámaras de videovigilancia y cámaras lectoras de matrículas, destinadas a cubrir las zonas rurales del término municipal para poder detectar a los posibles infractores.
«El problema de los vertidos incontrolados, sobre todo de escombros de obra, está creciendo en los últimos tiempos en todas partes. Se trata de personas que lanzan los restos en el ámbito rural, en lugar de llevarlo a los vertederos destinados a ello o a la Deixalleria, en caso de particulares», explica el concejal de Seguretat Ciutadana, Josep Toquero.
En los últimos años, la Policía Local ya ha aplicado varias sanciones de 3.000 y 6.000 euros por este tipo de infracciones. «Ahora lo que hacemos es intensificar las advertencias y la vigilancia y endurecer las sanciones con la nueva ordenanza. Nuestra obsesión es controlar el ámbito rural para poder reducir estos vertidos», apunta Toquero.
En este sentido, además de las cámaras, en las próximas semanas los agentes de Vila-seca finalizarán el curso de formación para pilotar drones. De esta forma, la policía contará con otra herramienta para poder vigilar desde el cielo los campos de Vila-seca.
Una unidad medioambiental
Más allá de los medios materiales, desde el Ayuntamiento y la dirección del cuerpo están estudiando la creación de una unidad especializada en asuntos de medio ambiente. «Además de los recursos tecnológicos, queremos dotar este ámbito de medios humanos. Serían agentes destinados específicamente a hacer vigilancia de zonas rurales, como es el problema de los vertidos, pero también a otras funciones como el control de animales de compañía», detalla Toquero.
El refuerzo policial este verano será de ocho agentes
Por otro lado, la Policía Local de Vila-seca dispondrá este verano de ocho agentes interinos para reforzar la seguridad en temporada turística. Tras los problemas que tuvo el consistorio para incorporar este refuerzo el año pasado, con sólo cuatro agentes que no llegaron hasta bien entrada la temporada, esta vez el proceso de selección de interinos se encuentra ya en la recta final. Según el concejal de Seguretat Ciutadana, los nuevos policías se unirán a la plantilla entre el 15 de mayo y el 1 de junio.
